PRIMERA DIVISIÓN / JORNADA 38

El Atlético cierra con una victoria un curso muy gris

Simeone hizo evidente con la alineación con quien cuenta y con quien no

El equipo se despidió con un partido muy digno

Samu Lino, lo mejor del año, marcó el 0-1 y Reinildo logró el 0-2

Atlético
El Atlético ganó en Anoeta.
Tomeu Maura

El Atlético cierra con una victoria en San Sebastián un curso muy gris que va a significar un punto y aparte en la era de Simeone porque esta generación de futbolistas ha agotado todo su crédito. Uno de los pilares sobre los que se edificará el nuevo proyecto, el brasileño Samu Lino, marcó el primer gol de un partido que la Real Sociedad se tomó con mucha calma. Demasiada, seguramente, para los espectadores que se acercaron al Reale Arena con la esperanza de ver competir a su equipo por última vez esta temporada.

Más allá del resultado, que no es más que una anécdota porque el partido no significaba nada para ninguno de los dos equipos, la tarde de despedida en San Sebastián resultó muy reveladora. La alineación de Simeone fue toda una declaración de intenciones sobre con quien cuenta y con quien no para la próxima temporada. Con echarle un vistazo al banquillo resultaba suficiente. El Cholo tiene claro quienes serán sus soldados en el curso 24-25, aunque para eso queda por delante un verano tremendo.

Como seguramente los jugadores fueron los primeros en captar el mensaje, su actitud en el campo distó mucho de ser complaciente. Como no hay ninguno que se quiera caer de la lista se tomaron el partido en serio y pelearon como si los puntos fueran a servir para algo. Así, a los diez minutos justos una cabalgada de Llorente por la derecha no pudo rematarla Griezmann, pero sí Lino, que en el segundo palo batió con comodidad a Remiro.

El 0-1 no complació lo suficiente al Atlético, que dejó inédita a una Real Sociedad mucho más relajada que tardó más de media hora en comparecer. Durante ese periodo los rojiblancos flirtearon con el 0-2, pero sin éxito, en especial en un córner olímpico que intentó Correa y que acabaron frustrando entre el poste y Remiro y, por supuesto, en una caída de Lino en el área ante la que se inhibieron Sánchez Martínez y, sobre todo, Gil Manzano en el VAR. No cabía esperar menos del árbitro extremeño.

Los donostiarras volvieron al partido con una oportunidad de Brais que abortó Azpilicueta pero, sobre todo, por la participación de Kubo, con mucha diferencia quien más en serio se tomó el trámite. El japonés estuvo participativo y travieso, pero la defensa rojiblanca mantuvo a los atacantes de Imanol a buen recaudo y, en última instancia, Oblak apareció para enviar a la esquina un saque de falta directa del ruso Zakharyan y cerrar una primera parte de buena nota atlética, aunque pudo ser mejor. En la prolongación Remiro evitó el 0-2 con un paradón a disparo de Llorente desde fuera del área.

Oblak le negó el empate a Kubo a los 15 minutos de la reanudación y Remiro hizo lo mismo de nuevo ante Llorente en el arranque de un segundo acto que sirvió posiblemente como despedida de futbolistas como Saúl, Morata, Reinildo y, contra la opinión de Simeone, de Mario Hermoso. Tampoco en el que pudo haber sido su último partido como rojiblanco estuvo la suerte del lado de Álvaro Morata, que falló una oportunidad casi idéntica a la que le condenó en Dortmund en los cuartos de final de la Champions. Otro que no guardará un buen recuerdo de la tarde será Saúl, expulsado por doble amonestación en el descuento. Todo lo contrario que Reinildo, que en la última jugada del partido remató a portería vacía un pase de Morata.

Ahora ya, con los focos apagados, para las próximas semanas quedan por resolverse situaciones como las del propio Oblak, que por lo menos consiguió su objetivo de no encajar 70 goles en una misma temporada, o incluso del belga Vermeeren, que durante los 55 minutos que permaneció sobre el campo dejó más que patente que está muy verde todavía para la Primera División española.

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