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Nadie te lo ha dicho pero ésta es la verdadera función de la punta del paraguas que pocos conocen

Punta del paraguas
Janire Manzanas
  • Janire Manzanas
  • Graduada en Marketing y experta en Marketing Digital. Redactora en OK Diario. Experta en curiosidades, mascotas, consumo y Lotería de Navidad.

A simple vista, un paraguas parece un objeto extremadamente sencillo. Sin embargo, si nos detenemos a analizarlo, descubrimos que cada una de sus partes cumple un papel fundamental en su funcionamiento. Uno de los elementos que pasan más desapercibidos es la punta, cuyo nombre técnico es «contera». Pero, ¿para qué sirve exactamente la punta del paraguas?

Según el Diccionario de la Lengua Española, la contera es la «pieza que se pone en el extremo opuesto al puño de objetos como un bastón, un paraguas, una sombrilla o una espada». En el caso del paraguas, esta pieza es la famosa punta que solemos ver en la mayoría de los modelos de tamaño grande. Tradicionalmente, es metálica, pero también se puede fabricar en acero, latón, goma o PVC reforzado, dependiendo del diseño y la finalidad del paraguas.

La función de la punta del paraguas

La contera actúa como refuerzo para las varillas del paraguas, contribuyendo a que la estructura sea estable y resistente. Sin ella, las varillas podrían deformarse con facilidad, especialmente cuando hay mucho viento. Además,  ayuda a distribuir la tensión de la tela de manera uniforme para que no se rasgue. Por lo tanto, aunque parezca un elemento trivial, la contera protege tanto la estructura como la superficie del paraguas, prolongando su vida útil.

Asimismo, tiene aplicaciones prácticas en el uso cotidiano. Seguro que en más de una ocasión hayas apoyado tu paraguas en el suelo mientras caminabas o estabas parado en un semáforo. Su diseño puntiagudo permite que el paraguas se mantenga erguido, ofreciendo un punto de estabilidad adicional.

Para que la contera esté en buen estado estado durante mucho tiempo, es importante revisar periódicamente si la punta está agrietada, deformada o suelta. En caso de desgaste, conviene reemplazarla lo antes posible para no comprometer la estabilidad del paraguas. Finalmente, los expertos recomiendan limpiar la contera con un paño húmedo y, en caso de ser metálica, protegerla de la corrosión aplicando un lubricante o cera ligera.

Guía de compra

Antes de comprar, es fundamental conocer los distintos tipos de paraguas:

  • Paraguas manuales: se abren y cierran manualmente; generalmente son más resistentes debido a su estructura simple.
  • Paraguas automáticos: cuentan con un mecanismo de apertura rápida con solo presionar un botón.
  • Paraguas plegables o de bolsillo: son compactos y fáciles de transportar, perfectos para guardarlos en bolsos o mochilas. Sin embargo, suelen ser menos resistentes.

En cuanto al material de la tela del paraguas, el poliéster es el más común, ligero y resistente al agua. Ideal para uso diario. Por su parte, el nylon es muy resistente al viento y al desgaste, aunque puede ser más caro. Finalmente, los tejidos recubiertos con teflón o PU son perfectos para zonas donde llueve mucho.

La estructura del paraguas determina su resistencia frente al viento. Las varillas de metal: Son fuertes y duraderas, aunque más pesadas. Por su parte, las varillas de fibra de vidrio son flexibles y resistentes al viento; no se deforman fácilmente y son ligeras.

Historia 

«El paraguas es un invento antiguo cuyo origen se remonta a más de 3,500 años en el Antiguo Egipto y Asiria, donde se utilizaba principalmente como protección contra el sol y era un símbolo de la nobleza. Con el tiempo, su uso se extendió a otras culturas, destacándose en China alrededor del siglo XI a.C., donde se desarrollaron paraguas de seda e imprmeables que también simbolizaban poder y estatus social. En Grecia y Roma, el paraguas se convirtió en un accesorio predominantemente femenino, aunque a veces era utilizado por sirvientes para proteger a las mujeres de la luz solar o la lluvia. Tras la caída del Imperio Romano, el paraguas desapareció de Europa, pero resurgió durante el Renacimiento, ganando popularidad en los siglos XVI y XVII como un accesorio de moda.

En el siglo XVIII, Jonas Hanway fue pionero en popularizar el uso del paraguas entre los hombres, cambiando su percepción de objeto exclusivamente femenino. Posteriormente, los avances técnicos permitieron la creación del paraguas plegable y de bolsillo, aumentando su practicidad. En la actualidad, la producción de paraguas se concentra principalmente en China, donde se implementan mejoras tecnológicas constantes para hacerlos más resistentes, ligeros y funcionales. Este objeto combina historia, moda y utilidad, manteniéndose vigente hasta hoy», señala Aquae Fundación.

En definitiva, aunque solemos fijarnos en el tamaño, el color o el mecanismo de apertura de un paraguas, la contera es mucho más que un detalle decorativo. Su función estructural, su capacidad para distribuir la tensión y su utilidad práctica en el día a día la convierten en un componente esencial.

Cuidar de la contera y comprender su importancia no sólo mejora la experiencia de uso del paraguas, sino que también garantiza su durabilidad. Así, éste pequeño elemento se revela como un ejemplo perfecto de cómo incluso los detalles más discretos en los objetos cotidianos pueden influir en su funcionalidad y vida útil.

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