Las mejores frases y reflexiones de Alejandro Magno
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Alejandro Magno fue rey de Macedonia desde el año 336 a.C hasta el año 323 a.C, fecha de su muerte. Ha pasado a la historia por expandir el lenguaje y la cultura de la Antigua Grecia por Mesopotamia, Egipto y Asia Menor. Quería conquistar el mundo. A continuación hemos seleccionado las frases más importantes de Alejandro Magno.
- Clasifico a los hombres utilizando un sólo criterio: la virtud. Para mí, los extranjeros virtuosos son griegos y los griegos malvados son peores que los bárbaros.
- Las diferencias internas, se resuelven sabiamente con negociaciones pacíficas. En última instancia, yo habré de ser el árbitro entre ustedes.
- El esfuerzo y riesgo son el precio de la gloria, pero es una cosa preciosa el vivir con valor y morir dejando una fama eterna. Estoy en deuda con mi padre por vivir, pero con mi maestro Aristóteles por vivir bien.
- El esfuerzo y el riesgo son el precio de la gloria, pero es una cosa preciosa el vivir con valor y morir dejando una fama eterna.
- Que todos los seres mortales de ahora en adelante vivan como un sólo pueblo que esté de acuerdo y que trabaje para el avance en común.
- No me importa la descendencia de los ciudadanos o sus orígenes raciales.
- El final y la perfección de nuestras victorias es evitar los vicios y enfermedades de los que sometemos.
- Ahora temen al castigo y ruegan por sus vidas, así que les dejaré libres, no por ninguna otra razón, sino para que puedan ver la diferencia entre un rey griego y un tirano bárbaro. Así que no esperen a sufrir ningún daño de mí.
- Qué feliz habría sido para mí haber sido asesinado en la batalla. Habría sido mucho más noble haber muerto víctima del enemigo que sacrificar la ira de mis amigos.
- Vamos a comportarnos de manera que todos los hombres deseen ser nuestros amigos y todos teman ser nuestros enemigos.
- Así como un bebé recién nacido no puede ser alimentado sino con leche materna y tampoco podrá crecer sin esta, una ciudad no puede existir sin campos y frutas de diversos tipos que rodeen sus murallas.
- Santas sombras de los muertos, yo no tengo la culpa de su destino cruel y amargo, sino la rivalidad maldita que trajo naciones hermanas y pueblos hermanos a luchar entre sí.
- Una de las cosas que aprendí cuando estaba negociando era que hasta que no me cambiara a mí mismo, no podía cambiar a otros.
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