Joaquin Phoenix se luce en su nueva película ‘En realidad, nunca estuviste aquí»

Joaquin Phoenix en su nuevo trabajo 'En realidad, nunca estuviste aquí'.
Joaquin Phoenix en su nuevo trabajo 'En realidad, nunca estuviste aquí'.

Lynne Ramsay siempre tuvo claro que quería a Joaquin Phoenix como protagonista de ‘En realidad, nunca estuviste aquí’, película que se estrena mañana en España y en la que el actor estadounidense no puede estar más convincente en su papel de brutal y atormentado justiciero por encargo.

La realizadora escocesa (Glasgow, 1969) tuvo, de hecho, una fotografía de Phoenix junto al ordenador mientras escribía el guión de este filme, adaptación de la novela homónima de Jonathan Ames sobre un antiguo veterano de guerra, capaz de crear él solo una hipérbole de la violencia martillo en mano mientras no cierra del todo un último resquicio a la ternura.

«Quería a alguien que tuviera esa parte humana, que no fuera el típico héroe que es todo músculo. Deseaba mostrar lo contrario y lo que Joaquin hace es darle esa humanidad al personaje», según explicó Ramsay en una entrevista con EFE durante la presentación de su cuarto largometraje en el Festival de San Sebastián.

Precisamente lo que le atrajo de libro de Ames es que no dibuja «un personaje típico para esta clase de historias». Sobre ese mercenario de mente torturada recae casi en exclusiva el peso de la trama.

«Sus tendencias suicidas y su estrés postraumático eran un buen material para poder trabajar con él, porque hace que no sepas muy bien qué va a pasar», añade Ramsay, que se llevó el premio al mejor guión en Cannes -«ex aequo» con Yorgos Lanthimos por ‘The Killing of a Sacred Deer’-, mientras Phoenix ganaba el de mejor interpretación masculina.

Dice que con este proyecto no quiso entrar en «el glamour de la violencia» que sí piensa traslucen otras películas, ni hacer de las escenas bestiales, que abundan en ‘You Were Never Really Here’, «un ejercicio de estilo» para darle «un tono más guay».

Para Ramsay, era preciso que esa violencia procediera del propio protagonista, dentro de una relato «donde no hay nada seguro para él».

«Él no sabe qué va a ocurrir, es un personaje que de alguna manera falla, y todo eso me parece interesante. Actúa casi como una máquina. Quizá la violencia más importante es la que él tiene en su cabeza, la violencia mental», comenta la directora, que precisa que el filme muestra más «las consecuencias de la violencia que la violencia en sí». Ramsay sabe que cada espectador recibe las escenas de violencia de distinta manera y que le resulta «difícil» explicar por qué.

«Cuando las vemos como si fueran dibujos animados, quitándole hierro, se ven de manera distinta que cuando se ven como violencia real, que nos atemoriza más», apunta.

La directora británica señala que sus películas son muy diferentes entre sí, aunque cree que quizá sí hay «un patrón» que las une, el de la psicología de unos personajes complicados.

Y una «buena herramienta» para mostrar esa psicología son las relaciones paternofiliales, que también abordó en ‘Tenemos que hablar de Kevin’, y que son clave en su nuevo título.

«No estoy segura de si conscientemente quería hacerlo. Ésta es una película de género, y lo que quiero es desafiar lo que normalmente vemos en este tipo de filmes», ha dicho Ramsay de este particular thriller.

Tiene ya ideas «interesantes» para su próximo proyecto, pero aún no ha dado forma a nada porque se encuentra «en ese momento raro del nacimiento» de un nuevo trabajo.

«Me gusta que mis películas sean diferentes y me gusta probarme a mí misma y ver si puedo hacer cosas nuevas. Tengo que meditar», asegura.

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