‘El Crucigrama de Jacob’, una experiencia multiplataforma que cautivará a los lectores.
A ‘El Crucigrama’, cómo se refiere a la novela la propia autora, le acompañan una aplicación móvil de realidad aumentada, una página web con material adicional que aporta un punto de vista más al expuesto en el libro y una gymkana cultural dentro de la programación de la Feria del Libro madrileña. Este evento permitirá sumergirse en los tiempos de los Caballeros de la Orden de Santiago a los que quieran participar mediante inscripción en su web, abierta desde el lunes 30 de abril. Nos adentramos de la mano de su autora en ‘El Crucigrama de Jacob’.
Pregunta: ‘El Crucigrama de Jacob’ es una novela de aventuras con un extenso contenido histórico, que se sitúa en el año previo a la expulsión de los judíos de España firmada por los Reyes Católicos en 1492. Los nombres y los lugares que aparecen son todos reales. ¿Cómo te has documentado para escribir esta novela?
Respuesta: Ha sido un proceso largo y continuo. Básicamente he tenido tres fuentes. La primera, la documentación histórica que se pueden encontrar en libros y bibliotecas. Para acceder a muchos de esos archivos y documentos he tenido que pedir ayuda a amigos documentalistas, ya que yo no tenía acceso. Han sido muchas horas de biblioteca.
La segunda, la fuente a la que acude todo el mundo hoy en día: internet. La red te da una impresión general de los puntos básicos de la historia para que luego tu profundices en aquello que te interesa.
Y una tercera vía de documentación que son los propios viajes a los lugares donde transcurre la trama. Es cuando acudes a estos sitios cuando realmente puedes, no solo apreciar in situ muchos aspectos desconocidos, si no comprar documentación muy concreta difícil de conseguir si no es ahí. Por ejemplo, en el monasterio de San Salvador de Cornellana, que está en un pueblo de apenas 800 habitantes en Asturias, encontré un librito que solo podría haber encontrado ahí y que me sirvió mucho para una parte de la novela.
P: Has comentado en varias entrevistas, y en la presentación del libro, que ‘El Crucigrama de Jacob’ nació a raíz de un encuentro con un sefardita. ¿Cómo fue ese encuentro?
R: Pues es una historia más de las muchas que me suceden cuando viajo sola. Es curioso, pero en muchas ocasiones me ha sucedido que, estando sola en algún sitio, la gente se para y entabla conversación conmigo. O también me ha pasado, más de una vez, estar cenando sola en un restaurante y terminar acompañada de un desconocido. Debo de tener un aspecto poco agresivo y pinta de ser simpática. Pues esta es una de esas historias.
Estaba en la Basílica de Santa Sofía, en Turquía. Me senté en unas escaleras porque debido a un problema que tengo en la espalda no puedo estar mucho rato de pie. Se me acercó uno de los guías turísticos de la iglesia y se sentó a mi lado. No tenía afán de nada, ni intención alguna que no fuera entablar una conversación. Curiosamente su español era perfecto. Realmente tenía pinta de español. Pero no lo era, era sefardita. Un judío que descendía de aquellos españoles judíos expulsados bajo el reinado de los Reyes Católicos. Justo yo andaba buscando una trama para escribir una novela, y me pareció tan curioso que de ahí nació el Crucigrama.
P: Los protagonistas pasan gran parte de la novela recorriendo el camino de Santiago, el primitivo. ¿Lo has recorrido tu?
R: Al principio, cuando estaba escribiendo el libro, compaginaba este proyecto con mi trabajo en EMI y tenía poco tiempo. Así que si necesitaba algo urgente, viajaba en coche. Pero luego lo hice a pie para experimentar en primera persona las penalidades que se sufren en el Camino. Es cierto que llevaba música, que suaviza mucho la experiencia, pero intentaba ser la protagonista de distintas situaciones que se daban en la trama. Vivir en mis propias carnes lo que pasa cuando caminas sola, si te encuentras con gente amable que te ayuda o sufrir las inclemencias de la meteorología. Lo pasé mal muchas veces y llegué a preguntarme a mí misma: ¿Qué necesidad tengo yo de estar aquí? Pero cómo vas a contar algo si no lo has vivido. Hay que exponerse a las situaciones sobre las que escribes.
P: Entonces, ¿crees que para escribir sobre algo hay que vivirlo antes?
R: No tengo la menor duda. No digo que haya que vivir exactamente lo mismo, porque yo no he nacido en la Edad Media. Pero sí conozco de primera mano la base que genera toda la trama de el Crucigrama de Jacob. Los escenarios de la historia, muchas de las adversidades a las que se enfrentan los protagonistas, experiencias que viven, etc.
P: Pero esta novela no es solo una novela. Viene acompañada de muchas otras cosas: una aplicación de realidad aumentada, una página web que complementa al libro, una película documental… ¿En qué momento decidiste que iba a ser una experiencia 360?
R: Desde un primer momento tenía en mente que los libros se trabajan, casi siempre, desde la marca autor y quería cambiar las cosas. Quería darle una oportunidad a un producto para que se sostuviera por sí solo, desde el ángulo de una diferenciación con el resto de productos que no fuera solo el nombre del autor. Para eso tenía que dejar cabos sueltos en la historia.
Al principio no sabía qué forma iban a tomar aunque sí intuía que el que hubiera un tesoro enterrado en algún sitio podría darme juego a algo como un juego, valga la redundancia. Pero digamos que todo el proyecto se fue conformando a medida que pasaba el tiempo. Me iba encontrando con gente y posibles socios y valoraba en qué medida le convenía a El Crucigrama esa colaboración. Así, hay varios socios que se han ido incorporando. Mitica Technology, la encargada de la aplicación móvil que permite la realidad aumentada o Despertalia, que se encarga de la gymkana cultural del próximo sábado 4 de junio en El Retiro.
P: Supongo que un proyecto de esta envergadura no es fácil sacarlo adelante sola. Habrás tenido ayuda externa.
R: Desde luego. He recibido el apoyo de tantos que probablemente no pueda mencionarlos a todos. La televisión asturiana nos ha apoyado desde el primer momento. Luego, una vez ya tenía el contrato con Planeta, se ofrecieron a distribuir por medio de De A Planeta (la productora de la editorial) la película documental que queremos hacer. Ha sido un camino de 7 años en el que cada oportunidad la he aprovechado con el fin de entretener y fomentar el interés por la lectura de gente que no lee habitualmente. Porque ‘El Crucigrama’ está dirigido a los amantes de la novela histórica y a ellos.
P: El primer capítulo de ‘El Crucigrama de Jacob’ presenta la corte de los Reyes Católicos en 1491. Un año antes de que se firmara el edicto de expulsión de los judíos de España. Esa anticipación al edicto es la que dispara los acontecimientos que dan lugar a la trama. ¿Cuánto hay de histórico en esto y cuánto de ficción?
R: Pues todo esto quedó como leyenda. Lógicamente, porque si yo fuera la reina Isabel, tuviera un temor espiritual muy fuerte fomentado por el inquisidor Torquemada y participara de ese pulso de poder entre la recaudación de impuestos que manifestaba el asesor judío del rey y el terror espiritual que transmitía Torquemada, no permitiría que ningún documentalista lo dejara plasmado así en la historia. Pero yo siempre he pensado que cuando una leyenda permanece, es por algo.
Lo que sí es cierto, con hechos probados, es que el consejero del rey era judío. Torquemada pasó meses trabajando en el edicto de expulsión, tratando de convencer a los reyes de que aquello había de firmarse. Y en ese intervalo de tiempo el consejero del rey tuvo que enterarse de las intenciones de Torquemada y del edicto. Son todo datos históricos, que son ciertos. No ha quedado constancia de ningún aviso del consejero del rey a juderías de España. Pero aquí es donde yo misma me pongo en esa situación e imagino que haría yo.
P: Gran parte de los misterios de la novela tienen como fundamento la misteriosa Cábala. La interpretación mística y alegórica del Antiguo Testamento propia del judaísmo. ¿Has estudiado y profundizado en esta disciplina?
R: La Cábala es una disciplina mística que me encanta,. me parece fascinante. La palabra ‘kabbalah’ significa clave. Y entre otras cosas, lo que hace es buscar en los primeros cinco libros de la Biblia, el Pentatéuco o la Toráh, mensajes ocultos. La Cábala parte de la teoría de que cuando Dios mandó escribir las sagradas escrituras dijo que no se debía tocar ni una letra. Entonces es como que todo está escrito para que, quizás, en vertical haya otra palabra que se quiere contar pero que no se lea a simple vista. Es una de las teorías de la cábala explicado a un nivel muy simplista.
Otro objetivo de este misticismo judío es buscar el verdadero nombre de Dios. Que es la palabra del nombre del poder que se perdió en la historia porque en la antigüedad el hebreo se escribía sin vocales. Jehová y Yavhé son palabras que se suponen pero no se conoce a ciencia cierta que fueran el nombre de Dios. Porque Dios es un título, como gobernador o presidente, pero es su nombre. Esta palabra, el nombre de Dios, renovaba la alianza del Todopoderoso con la humanidad y debía pronunciarse una vez al año. Lo que se habla de la cábala en el Crucigrama de Jacob es muy poco. Una aproximación que busca generar el interés del lector mostrando unas líneas maestras, porque se trata de una disciplina realmente compleja.
P: Estudiaste ingeniería y, entre otros trabajos, has dedicado muchos años a la dirección de operaciones de la discográfica EMI. ¿Cómo se pasa de ingeniería a escritora, pasando por una discográfica?
R: Si, estudié ingeniería pero me especialicé en organización de empresas, que tiene mucho que ver con procesos, organización, cadena de suministros y la operativa que soporta una empresa. Me especialicé en ester área de logística y cadena de suministros. Pasé por varias empresas y EMI era cliente de una de ellas. Trabajé con la discográfica como cliente y seguí mi vida con diferentes proyectos. Al cabo de un tiempo fue la propia discográfica la que me contactó y me hizo una oferta. Me pareció bastante sexy lo del ‘rock’n roll’ y volver a Madrid, porque en aquel entonces yo vivía en Portugal.
Este cambio ligó el área de ingeniería operativa con el mundo del entretenimiento. En EMI contribuía con mi parcela de trabajo al desarrollo de las carreras de los artistas. Ahí toque más de cerca el lado artístico. Y llegó un punto que, aunque a mucha gente le pueda sonar una locura, decidí dar un paso muy arriesgado, y muy meditado a la vez. No quería llegar a los 60 años y echar la mirada atrás y darme cuenta de que no había hecho nada de lo que quería hacer por miedo. Me lancé al precipicio con mucha ilusión.
P: Es decir, dejaste una carrera prometedora en una gran discográfica por seguir tus instintos y hacer lo que te apetecía. ¿Cómo conseguiste que Planeta editara tu novela?
R: Si, dejé mi carrera profesional en la dirección de operaciones para dedicarme al completo en este proyecto que ya había empezado. Una vez tenía la historia escrita necesitaba conseguir una editorial. Cosa que no es nada fácil. Además no iba simplemente con una novela, iba con un proyecto tan novedoso, desde mi punto de vista, que pensé que necesitaba una gran editorial. Yo tenía claro que quería a Planeta y fui a por ellos. Era un tiro que no podía fallar. Esperé el tiempo que hizo falta y al final tenía un equipo de gente a mi alrededor que avalaba el proyecto. Ya no era yo sola con un manuscrito. Eramos yo, mi novela, Mitica Technology, Jesús Mejías que llevaba la parte digital con su empresa Meland, y otros tantos más. Eramos más que suficientes para ir hacia adelante.
P: Dicen que es muy difícil para un escritor no estar presente en sus novelas por medio de algún protagonista o de algún aspecto de la personalidad de los protagonistas. ¿Quién eres tú en El Crucigrama de Jacob?
R: Es una pregunta difícil que además no sé si debería responder porque le resta misterio a la trama. Pero podría decir que Aviraz ha heredado la tenacidad de permanecer en el camino en esos momentos en los que pierde la moral y tiene ganas de abandonarlo todo. Esto a mí me ocurre, no sé si varias veces a la semana pero si con bastante frecuencia. Otro aspecto con el que me siento muy identificada es con el toque rebelde que tiene Telat.
En mi vida ha habido varias veces que he sido rebelde y he hecho lo que yo pensaba que era lo mejor por encima de la gente que no me apoyaba. Por ejemplo, en 1995 dejé mi Universidad para irme a estudiar a Estados Unidos. Quería aprender el idioma y vivir una aventura. En aquel momento fue un drama familiar. Me decían que a dónde iba sola, que costaba un dineral, que suponía un esfuerzo para todo el mundo, que me iba a 7.000 kilómetros de casa… Luego se vio que no era una idea tan descabellada. Hay que aguantar ese paso en el que la gente te mira raro o no te apoya. Perseverar en lo que tú crees que te va a llevar a buen puerto.
P: ¿Qué planes de futuro tienes con El Crucigrama de Jacob?
R: Después de que finalice el juego digital, la gymkana o gymkanas que se puedan hacer y una vez realicemos la película documental con los fans es muy posible que nos lancemos a adaptar la novela a una serie televisiva o una película. Pero no me quiero concentrar aún en esto porque si empiezo a enfocar mi atención en ello puedo abandonar otros proyectos que requieren de mi total dedicación ahora mismo. Eso sería un error garrafal. Pero si he tenido conversaciones respecto a la adaptación cinematográfica y pinta bien. Pinta muy bien.
P: ¿Qué acogida ha tenido en este mes que lleva a la venta en librerías?
R: Pues muy buena. La verdad es que todo el mundo que se ha cruzado en mi camino me ha tratado fenomenal. Mucha gente que lee la novela se pone en contacto conmigo, por medio de las redes sociales, y me trasladan lo que les ha gustado o lo que les ha mantenido en vilo. Y eso me encanta. Además ayer mismo me llegó una noticia que me alegró enormemente. Una editorial se ha puesto en contacto con nosotros porque quiere adquirir los derechos para lanzar la novela en Italia en unos meses. Esto es algo que yo ya había imaginado, o deseado quizás, que pasara pero si me hubieran dicho hace 5 meses que Italia querría leer mi libro un mes después de haberlo editado en España y le hubiera llamado loco.
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