Picaduras de insectos en bebés: Riesgos y qué debemos hacer

Las picaduras de insectos en los niños no suelen ir más allá de la molestia y el picor que provocan, pero de vez en cuando y en el caso de los bebés, que tienen un sistema inmunológico más débil, pueden provocar alergias. Por ello debemos estar muy atentos, especialmente ahora que se acerca el verano y es fácil que entren en casa todo tipo de insectos y sobre todo, los mosquitos. Hablemos ahora de los riesgos de las picaduras de insectos a los bebés y cómo debemos actuar.

Picadura de insectos en los bebés

Ojo con las picaduras de insectos en los bebés dado que pueden provocar reacciones o alergias. Sin embargo tampoco es cuestión de entrar en pánico dado que en la mayoría de los casos, cuando los niños son picados por insectos, basta con aplicar una pomada calmante sobre la picadura o, en su caso, que el pediatra le recete un antihistamínico por vía oral para solucionar rápidamente las molestias.

Otras veces, sin embargo, en niños predispuestos, las picaduras de insectos pueden causar una reacción alérgica grave, cuyo mayor riesgo es que el bebé sufra de anafilaxia, que requiere una intervención inmediata en la sala de emergencias.

Cuando la reacción es leve

Las abejas, las avispas, los avispones, los tábanos, los mosquitos, pero también las hormigas y las garrapatas son los insectos que más frecuentemente provocan problemas alérgicos en los bebés y en los niños. Las reacciones que se encuentran son un enrojecimiento en la zona de la picadura, que aparece hinchada y dolorosa, tanto de forma espontánea como a la presión; una molestia o dolor que se desarrolla en pocos minutos y alcanza su máximo en 24-48 horas y se resuelve en 5-10 días; en casos más graves puede aparecer fiebre y malestar general. En estos casos, generalmente es suficiente con untar una pomada antihistamínica en la zona y, si hay fiebre y mucho dolor, se le puede dar al niño un fármaco a base de paracetamol.

En caso de urticaria

Más importantes, sin embargo, desde el punto de vista clínico son los casos que se manifiestan con urticaria generalizada o angioedema (hinchazón) en localizaciones alejadas de la punción. En estos casos, el tratamiento con antihistamínicos o cortisona por vía oral es la mejor opción para resolver rápidamente el trastorno. Pero deben ser estrictamente recetados por el pediatra después de visitar al bebé.

Cuidado con las enfermedades respiratorias

Los casos realmente graves son, sin embargo, aquellos con anafilaxia. Los niños presentan un cuadro cardiovascular importante (síncope, hipotensión y colapso), asociado a trastornos respiratorios (silbidos y sibilancias a la auscultación torácica, estridor laríngeo) y, más raramente, a un cuadro gastrointestinal (cólico abdominal, diarrea). En estos casos, la intervención terapéutica debe ser muy oportuna porque la reacción anafiláctica puede tener consecuencias muy graves. Por lo tanto, el niño debe ser llevado a la sala de emergencias de inmediato.

En la sala de urgencias

Los médicos pueden intervenir administrando adrenalina, oxígeno y líquidos por vía intravenosa y realizar pruebas de laboratorio precisas para confirmar la sensibilización al veneno de un insecto en particular y, por lo tanto, decidir cómo establecer los procedimientos de prevención para manifestaciones clínicas más graves en caso de picaduras posteriores.