A mi hijo le ha picado un insecto, ¿qué hago?
Cualquier madre o padre en algún momento de su vida se ha topado con el hecho de que a su hijo le ha picado un insecto. El pequeño lógicamente se habrá quejado e incluso habrá empezado a llorar, trayendo consigo la preocupación o incluso el nerviosismo del adulto que habrá intentado hacer, con mayor o menor acierto, lo que está en su mano para así conseguir el bienestar del niño.
En esos casos, lo importante es que los progenitores no sólo mantengan la calma sino que también actúen convenientemente en función del tipo de insecto que ha picado. Para ello, por tanto, se hace fundamental conocer los principales criterios de actuación que los pediatras y médicos aconsejan llevar a cabo:
- Picadura de abeja o avispa. En este caso, lo primero que se debe hacer es lavar la zona afectada con agua y jabón. Acto seguido en aquella se debe aplicar calor y también lo que se conoce como loción de calamina, que se compone de calamina, agua y glicerina, y que ayuda a aliviar tanto el dolor como la picazón. Asimismo es necesario proceder a extraer el aguijón de la piel.
- Picadura de mosquito. El padre o la madre deberá actuar lavando con agua y jabón también la parte del cuerpo del niño que ha recibido el ataque del insecto y luego aplicar sobre la misma frío así como la anteriormente mencionada loción.
- Picadura de araña. La limpieza y desinfección de la zona es fundamental y necesaria para conseguir aliviar las molestias del pequeño y evitar daños graves. De la misma manera, a continuación hay que aplicar frío y luego elevar el miembro que ha recibido el ataque.
- Picadura de medusa. En verano, cuando se está en la playa, es cuando el niño puede sufrirla. En ese caso los pasos son los siguientes: lavar la zona con agua salada y sin frotar, aplicar frío seco e intentar quitar los filamentos haciendo uso de una cuchilla de afeitar o de pinzas.
Comentar
Consulta aquí la política de comentarios