Crisis del lactante y sus datos de más interés
Conoce todo sobre esta situación que tiene lugar en el primer año de vida del bebé
Tener un hijo no solo es sinónimo de felicidad sino también de responsabilidad. En concreto, cuando hablamos de responsabilidad nos estamos refiriendo, sobre todo, al hecho de que los padres deben estar pendientes de sus pequeños para cerciorarse de que se encuentran bien en todos los sentidos. Y es que pueden estar haciéndole frente a dolores estomacales, a problemas de gases, a la dermatitis del pañal o a la crisis del lactante, por ejemplo.
Precisamente, a continuación, vamos a darte a conocer a fondo esa mencionada crisis del lactante en pro de que puedas saber en qué consiste y cómo actuar si tu bebé llega a padecerla. Toma nota.
¿Por qué y cuándo se produce?
Lo primero que hay que exponer acerca de esta situación es que se traduce en el hecho de que el bebé tiene necesidad de aumentar el número de tomas. Y eso se debe a que está creciendo y requiere más alimento para poder quedar saciado. Eso lo que trae consigo es que se despierte más veces por la noche para mamar y que reclame el pecho de forma más frecuente.
Hay que tener en cuenta que también se conoce como crisis de los tres meses, ya que lo habitual es que tenga lugar precisamente cuando el bebé cumple esos tres meses. No obstante, hay que saber que, de la misma manera, puede producirse a los seis meses.
Síntomas de la crisis del lactante
El que reclame más el pecho es, sin lugar a dudas, el principal síntoma de la situación que estamos abordando. No obstante, también hay otros indicativos como son estos:
- El bebé no engorda tanto como en meses anteriores.
- Realiza tomas más breves. Y eso es debido a que ha aprendido a comer mejor, a ser más efectivo en cada toma, aunque, por el crecimiento, necesite realizarlas de forma más frecuente.
- Disminuye la cantidad de deposiciones que realiza el pequeño.
- Asimismo, hay que tener en consideración que la mujer puede notar que sus pechos están más blandos.
- También cabe la posibilidad de que ese niño adquiera la costumbre de chuparse el dedo e incluso de meterse la mano en la boca.
¿Cómo afrontarla?
Cuando se da esta situación, muchos son los padres que se preocupan y creen que su hijo se encuentra enfermo, que no se alimentan bien o que la leche materna ya no es de tanta calidad. Llegan a esas conclusiones porque necesita tener más tomas, porque ya no engorda con la facilidad que lo hacía antes o porque al tener los pechos más blandos cree la madre que no produce la cantidad suficiente de leche. Es más, el hecho de que el bebé haga menos caca, les puede hacer creer que no se alimenta de la forma adecuada.
No obstante, ante estas situaciones hay que mantener la calma. Sí, porque, como hemos visto, son síntomas de algo tan normal como es la crisis del lactante. Por eso, lo que se recomienda, sobre todo, a los progenitores es que estén tranquilos y sean pacientes.
De la misma manera, se les da otros consejos tales como los siguientes:
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- Para quedarse tranquilos y tener la certeza de que su hijo solo atraviesa la crisis del lactante, se les aconseja que acudan al pediatra para que examine al pequeño.
- Para que se le pueda dar toda la leche que necesita, la mamá puede tomar medidas para contar con una buena producción de ese alimento. En concreto, se recomienda que tome mucho líquido e incluso que recurra al uso del sacaleches, que contribuye a estimular la citada producción.
- El pequeño puede llorar más solicitando una nueva toma. Ante eso, hay que mantener la calma, no desesperarse y, en cuanto sea posible, dársela.
- El bebé es muy probable que ahora se distraiga con mucha más facilidad cuando está tomando el pecho porque sus sentidos se están desarrollando. Por eso, lo recomendable es llevar a cabo ese momento en una habitación en silencio y con poca luz para así evitar que se “pierda” en cualquier cosa.
- No hay que desesperarse y darle tiempo al bebé. Esto es algo que no hacen muchas madres que, al final, acaban dándole el biberón con leche de fórmula para poder satisfacer la necesidad de alimento de aquel. No obstante, lo ideal es adaptarse a la nueva situación que está atravesando el hijo y tener siempre claro que la lactancia es realmente beneficiosa.