economía

El Govern de Armengol retoma su cruzada contra el turismo y restringe los chiringuitos playeros

Con la excusa de proteger el medio ambiente, deja sin licencia a siete populares establecimientos de las playas de Mallorca

El PP denuncia que luego irán contra todo restaurante a pie de playa porque "quieren acabar con el crecimiento turístico"

Armengol paraliza el crecimiento turístico al bloquear la creación de nuevas plazas en Baleares

Armengol chiringuitos
Chiringuito en la playa de Cala Llombars en la localidad mallorquina de Santanyí.
Indalecio Ribelles
  • Indalecio Ribelles
  • Redactor de OKBaleares, información local de Palma, social y política. Antes, redactor en EL MUNDO/ Baleares durante 20 años.

Como ya sucedió con los cruceros, el alquiler vacacional o la prohibición de crear nuevas plazas turísticas, el Govern liderado por Francina Armengol y Demarcación de Costas en Baleares retoman su cruzada contra el turismo y han puesto en el punto de mira los chiringuitos de playa. En concreto, dejarán sin licencia para ejercer su actividad hasta a siete chiringuitos, ubicados en diferentes playas de Mallorca, que no podrán abrir sus puertas la próxima temporada veraniega ya en ciernes.

Bajo el pretexto de regenerar el medio ambiente de las playas de la isla, en el caso del municipio mallorquín de Santanyí, el Ejecutivo autonómico ha impulsado un restrictivo Plan de Ordenación de Recursos Naturales, que se llevará por delante, directamente, el local playero de Sa Font de n’Alis. Además, contempla una drástica reducción de sombrillas y tumbonas tanto en esta playa como en la de S’Amarador, restringiéndose el acceso a vehículos privados y embarcaciones turísticas, con el añadido de que cuando acaben las actuales concesiones no habrá más equipamientos en ambas arenas.

En la popular playa des Capellans, de la localidad de Muro, tres establecimientos se han quedado sin licencia de actividad para poder abrir sus puertas, al igual que en el Parque Natural de Es Trenc, donde otros tres dejarán de funcionar ubicados en la Colònia de Sant Jordi, Ses Covetes y Es Trenc.

Estas restricciones han indignado al principal partido de la oposición en el Parlament balear (PP), cuyo portavoz de Medio Ambiente en la Cámara balear, el diputado Javi Bonet, ha denunciado la ruptura del equilibrio necesario entre «protección de los espacios naturales y la actividad económica».

En un comunicado, el dirigente popular considera estas decisiones como «un nuevo ejemplo del intervencionismo de Francina Armengol» y acusa a la presidenta balear de poner esta actividad económica en el punto de mira «para acabar con ellos».

Desde el PP recuerdan que la Ley de Costas de 2013 ya «estableció las condiciones para garantizar su protección, pero permitiendo a la vez mantener la actividad de los chiringuitos existentes, como así ha sido hasta la fecha».

Sin embargo, las exigencias que ahora se plantean, así como la prohibición de las terrazas que sí permite la ley con hasta 50 metros cuadrados, «suponen acabar con los chiringuitos, claves para la economía local», tanto por los puestos de trabajo que generan como por el retorno hacia sus municipios, alertando de la «pérdida de ingresos para los ayuntamientos, que son quienes se encargan del mantenimiento de los espacios naturales».

Por ello, advierten de que después de que el Govern de Armengol acabe con los chiringuitos, «irá a por cualquier bar o restaurante a pie de playa, porque, en realidad, lo que quiere es acabar con toda la actividad turística en Baleares, su decrecimiento».

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