Armengol hunde el turismo de cruceros en plena crisis: sólo permitirá tres al día

De 2022 a 2027 sólo podrá llegar al día un crucero con más de 5.000 pasajeros y dos pequeños

El número de cruceristas diarios no podrá superar los 8.500, lo que implicará una buena coordinación

Empresarios y comerciantes de Baleares se oponen a las políticas anticruceros del Govern

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Cruceros en el puerto de Palma. FOTO: APB.

El Govern de Francina Armengol y las principales navieras del mundo que operan en Baleares han acordado este lunes en Hamburgo hundir el turismo de cruceros. A partir de 2022, sólo podrán llegar al Puerto de Palma tres cruceros al día y sólo uno podrá tener una capacidad superior a los 5.000 pasajeros. De esta forma, las Islas se convierten en el primer destino de España en pactar un compromiso como este. De esta forma, Armengol contenta a sus socios, pero no tiene en cuenta a los trabajadores ni a los comercios de Palma.

El acuerdo se ha producido tras dos años de negociaciones y contactos constantes entre ambas partes. Así, los máximos responsables de la Asociación Internacional de Líneas de Cruceros (CLIA), Costa Cruceros, MSC Cruceros, TUI Cruises, Royal Caribbean y Marella Cruises han aceptado las exigencias del Govern. Esta decisión contrasta con las declaraciones de la Asociación, que hasta hace poco defendía que la limitación iba a perjudicar al sector. También reafirmó en contadas ocasiones el compromiso de las compañías con la sostenibilidad. Y este argumento, el de la sostenibilidad, es que el que ahora utilizan para justificar el acuerdo.

Por tanto, a partir de 2022 sólo podrán coincidir en Palma el mismo día un megacrucero y dos buques de menor tamaño. Esto supondrá una reducción de escalas y de visitantes, lo que pondrá en peligro el empleo de muchos trabajadores y repercutirá en los beneficios para la capital. En 2019, este turismo dejó 300 millones de euros y generó 6.000 puestos de trabajo. En total, el puerto de Palma recibirá a lo largo del año que viene, 460 navíos con capacidad para más de 500 pasajeros, frente a los 538 de 2019, un 14,5% menos. Si se contabiliza el total de buques, las escalas previstas serán de 518, frente a las 594 de 2019, una reducción del 13%.

Otro punto del acuerdo es el que afecta al número de cruceristas diarios, que no podrá ser superior a los 8.5000 diarios. Puesto que las llegadas deberán ser siempre inferiores a esa cantidad, se puede dar el caso de que con la llegada de un megracrucero dicho cupo quede prácticamente lleno. En este sentido, las navieras deberán coordinarse y programar muy bien las llegadas. De lo contrario, pueden darse la circunstancia de que en un mismo día lleguen 10.000 cruceristas y tener problemas, por haber superado el límite.

El Govern celebra las limitaciones

El acuerdo tendrá una validez de cinco años. No obstante, las reservas de atraque en el puerto de Palma están en su mayoría solicitadas y concedidas. Por ello, el Govern y las navieras han pactado, de cara al año que viene, fijar una serie de días de excepción, menos de 20, para respetar las escalas firmadas. Sólo en esas jornadas podrán atracar un máximo de cuatro buques, lo que exigirá la reprogramación de las operaciones de las compañías. Estas excepciones desaparecerán en 2023.

El conseller de Turismo, Iago Negueruela, ha celebrado el acuerdo y ha asegurado que «supone fijar por primera vez un límite real a la llegada de cruceristas a Palma». «No hubiera sido posible sin la voluntad del sector, que ha entendido las peculiaridades de las Islas», ha dicho. Según el también portavoz del Govern, el acuerdo no se limitará a las llegadas. Las navieras han pactado continuar con sus políticas y esfuerzos en materia medioambiental. «Concretamente, el sector intensificará su trabajo en todos los aspectos relacionados con el Blue flag, el esfuerzo que hacen por mejorar los estándares medioambientales y la sostenibilidad».

El punto del esfuerzo medioambiental contrasta con la publicación del informe de Oxford Economics que CLIA hizo el 14 de diciembre. En dicho estudio, el sector reafirmaba su compromiso con la sostenibilidad. E incluso incidía en que hacía falta un mayor compromiso por parte de las administraciones. Al fin y al cabo, sólo 14 puertos en todo el mundo ofrecen la posibilidad de que los cruceros apaguen motores al llegar a puerto y se puedan enchufar a la red eléctrica de la ciudad. El puerto de Palma no forma parte de la lista todavía. Es una medida que sería beneficiosa para el medioambiente, pero que no depende del sector, sino de la administración.

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