Baleares: el acusado de estafar 100.000 euros a su madre atribuye la denuncia a su hermana
La Fiscalía pide cinco años de cárcel, una multa de 90.000 euros y una indemnización de 101.430 euros
El acusado de estafar a su madre, de avanzada edad en el momento de los hechos y ya fallecida, más de 100.000 euros fingiendo falsos embargos o inventándose beneficios, ha atribuido la denuncia a su hermana, de quien ha dicho que hacía «una pésima gestión de su economía» y acudía a su madre «a que le prestara dinero», y quien, según ha lamentado, aprovechó el Covid «para malmeter» contra él.
La Sección Primera de la Audiencia Provincial de Palma ha celebrado este miércoles el juicio contra el hombre, para quien Fiscalía pide cinco años de cárcel, una multa de 90.000 euros y una indemnización de 101.430 euros.
El procesado, quien ha rechazado responder a preguntas de la fiscal o de la acusación particular, ha declarado ante el Tribunal que era él quien se encargaba de cubrir todas las necesidades de su progenitora, siendo ella «plenamente consciente de todos los gastos que se producían». Además, ha señalado que la mujer estaba «mentalmente perfecta».
«Mi madre no quería prestarle más dinero a mi hermana y sacó el dinero, porque encima mi hermana tenía acceso a esa cuenta y no quería que la supervisara», ha indicado el encausado, quien ha detallado que, por tal motivo, su progenitora abrió una nueva cuenta en la que sólo él estaba autorizado, informa Europa Press.
Seguidamente, ha manifestado que el dinero que su madre sacó de las cuentas se lo dio a él en efectivo «en tres ocasiones».
Contestando únicamente a preguntas de su letrado, el hombre ha explicado que, poco antes del inicio del Covid, la cuidadora de su madre se dio de baja por maternidad y que intentó buscar una nueva profesional, pero el inicio de la pandemia lo impidió. «Ahí, mi hermana aprovechó para malmeter contra mí», ha asegurado el acusado.
Además, ha indicado que una semana después de recibir la denuncia de su progenitora, recibió una llamada en la que le dijeron que, si llegaban a un acuerdo sobre la herencia de su padre, la denuncia se retiraría. «Ahí fue cuando me di cuenta de que mi madre no era la que había puesto la denuncia, era mi hermana», ha insistido.
Antes de finalizar su declaración, el hombre ha asegurado que no gastó «ni un euro» de su madre para beneficio de él, y que todos los gastos correspondían a la mujer.
En calidad de testigo, la hermana del acusado ha explicado a la Sala que su madre estaba en condición de hipotecante avalista en una de las cuentas que tenía. «En 2020 no tenía ya dinero en sus cuentas porque mi hermano le había dicho que la podían embargar por culpa de la hipoteca», ha expuesto la hermana, quien ha dicho desconocer cualquier presunta donación de su progenitora al hijo.
Por otro lado, la testigo ha contado que su madre era «dependiente físicamente» y que tenía problemas de salud, requiriendo ayuda 24 horas.
Además, a preguntas de la Fiscalía sobre algunas compras que aparecían a nombre de su madre, entre ellas pagos de la ORA, zapatillas, auriculares o aparatos electrónicos, ha insistido que su madre no conducía y que no necesitaba ningún objeto de ese tipo.
Los hechos
Según el escrito de la fiscal, el procesado, aprovechando la edad de su madre, le dijo a la misma que en la cuenta corriente que tenía, y en la que estaban autorizados tanto él como su hermana, podían cargarle embargos que pesaban sobre su hermana.
De este modo, presuntamente convenció a su progenitora para que sacara el dinero de la cuenta y se lo entregara a él, bajo el pretexto de que abriría una nueva cuenta de la que, además, obtendría beneficios. Así, logró que su madre le diera un total de 91.000 euros, incorporándolos el acusado a su patrimonio.
El investigado, sostiene la fiscal, convenció también a su madre, fingiendo que la ayudaría a gestionar su patrimonio, para que abriera una cuenta bancaria y le incluyera a él como autorizado. En dicha cuenta, la mujer cobraba la pensión y un alquiler, disponiendo el acusado, a través de la tarjeta bancaria de su madre, un total de 8.000 euros hasta junio de 2020, cuando la cuenta arrojó un saldo negativo.
En marzo de 2020, el imputado contactó con el inquilino de un piso propiedad de la mujer, para que le abonara en mano el alquiler en lugar de ingresarlo en la cuenta corriente, cobrando de esta manera tres meses a razón de 810 euros.