De senderismo con una bruja: la ruta mágica que tienes que hacer en familia en el Valle de Arán
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¿Buscas un plan que te conecte con la naturaleza, que sea perfecto para la temporada de otoño y más en época de Halloween, y que puedas hacer en familia? Pues entonces no puedes dejar escapar esto que te proponemos: senderismo con una bruja en una ruta en pleno Valle de Arán. Esta zona siempre atrae por sus pueblos de piedra, el olor a leña y como no, el estar rodeado de toda la naturaleza que puedas pensar. Pero además, cuenta con esta ruta especial, la del Camino de la Bruja de Tredós, que a lo largo de 1,9 km, hara que toda la familia disfrute.
A pocos días de Halloween, este plan es sin duda, uno de los más originales para hacer con niños. Y lo mejor es que no hay que ser montañero ni ir con prisas. Es más, lo ideal es tomárselo con calma, dejar que los niños exploren y que la imaginación haga el resto. Y es que os daréis cuenta de que a cada paso aparece algo nuevo: una casa diminuta, un árbol con cara, un puente de madera o una escoba apoyada junto al sendero. Todo con ese aire otoñal que hace que sea un plan perfecto. El Camin dera Bruisha, como se llama en aranés, no es una ruta cualquiera. Es corta, fácil y perfecta para disfrutar en familia. En apenas dos kilómetros te sumerge en un mundo de leyendas y personajes fantásticos: brujas que preparan pócimas, hadas de los dientes que viven en pequeñas casitas y criaturas escondidas entre los troncos. Un plan redondo para disfrutar del otoño y, de paso, volver a creer un poco en la magia.
Dónde está el Camino de la Bruja
El Camino de la Bruja de Tredós está en el Valle de Arán, al norte de Lérida, una de esas zonas que en cuanto llegas hace que quieras ir con calma. Pertenece al pequeño pueblo de Tredós, a solo unos diez minutos de Vielha, y muy cerca de la estación de esquí de Baqueira-Beret.
Tredós conserva ese encanto que tienen los pueblos de montaña auténticos: calles empedradas, casas de pizarra y chimeneas que humean al caer la tarde. Justo a la entrada del pueblo verás un cartel con el nombre “Camin dera Bruisha” y la figura de una bruja sonriente que marca el inicio del sendero. Allí mismo empieza la aventura, en un entorno de cuento donde el bosque parece tener vida propia.
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Cómo llegar a Tredós
Llegar a Tredós no tiene pérdida. Desde Vielha, basta con tomar la carretera C-28 en dirección a Baqueira-Beret. Antes de alcanzar la estación, verás el desvío hacia Tredós. Son unos 15 minutos de trayecto y el camino ya es un regalo en sí: montañas a ambos lados, el río Garona acompañando la carretera y ese paisaje que parece hecho para detener el coche y hacer fotos cada dos curvas.
Nada más entrar al pueblo encontrarás un pequeño aparcamiento gratuito, desde donde se inicia el camino. Es recomendable llegar temprano, sobre todo si vas en fin de semana o en el puente de Todos los Santos, porque el espacio es limitado y el Camino de la Bruja se ha vuelto muy popular entre las familias que visitan el Pirineo. Si te alojas por la zona (por ejemplo, en Baqueira) incluso puedes acercarte caminando o en bici, porque la distancia es mínima y el paisaje lo merece.
Duración y kilómetros de la ruta de la Bruja
El recorrido del Camino de la Bruja de Tredós es corto: 1,9 kilómetros en total. Se trata de una ruta circular, fácil y pensada para que los niños la disfruten sin cansarse. Lo más seguro es que os vayáis parando en cada rincón para no perder detalle de la ruta, de modo que lo normal es tardar entre una hora y hora y media. No tiene grandes pendientes, pero conviene llevar zapatillas cómodas o botas ligeras, porque el terreno puede estar húmedo, especialmente en otoño.
A lo largo del camino irás encontrando rincones llenos de encanto: la Casa del Hada de los Dientes, la Casa de la Bruja, columpios escondidos entre los árboles, puentes de madera y esculturas que sorprenden a cada paso. Incluso hay un rincón llamado Eth Cornèr Màgic, con una escoba gigante y un sombrero puntiagudo, donde los niños suelen quedarse un buen rato jugando.
El tramo final del sendero lleva de vuelta hacia el pueblo, bordeando un pequeño río. Antes de terminar, no te pierdas la cascada y las esculturas de osos que hay junto al aparcamiento: es el lugar perfecto para hacer la última foto del día. Y si después del paseo os entra hambre, muy cerca está el restaurante Era Caseta des Deth Mestre, donde se come de maravilla y se respira el ambiente auténtico de la montaña.
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