Ministerio de Consumo

Garzón alardea en campaña del aceite andaluz que criminaliza con su semáforo nutricional

Alberto Garzón
Alberto Garzón, durante el acto central de la campaña electoral de la coalición Por Andalucía (EUROPA PRESS).
David García de Lomana

El ministro de Consumo, Alberto Garzón, ha esperado el momento oportuno para posicionarse en favor del aceite de oliva que, por otro lado, penaliza en el semáforo nutricional Nutriscore. A tres días de las elecciones andaluzas, el líder de IU ha defendido las propiedades alimentarias del producto más exportado de la comunidad.

Garzón ha pasado de querer etiquetar nutricionalmente el aceite de oliva con una C y en color amarillo -puntuación que lo sitúa por debajo de, por ejemplo, una Coca-Cola cero- a alabar sus beneficios para la salud y para la economía. «Tenemos un tesoro en casa», ha recalcado el ministro.

«El AOVE -aceite de oliva virgen extra- es una grasa saludable clave en la dieta mediterránea muy beneficiosa para la salud», ha apuntado en redes sociales. También ha mandado un mensaje en clave 19J: «Más del 80% del aceite español se produce en Andalucía y miles de familias viven de él. Por eso, consumir AOVE local es también cuidar de nuestra economía».

Y razón no le falta. El aceite de oliva es un pilar en el comercio exterior andaluz: en el primer cuatrimestre de 2022 alcanzó los 961 millones y un alza interanual del 12,8%. El ‘oro líquido’ representó el 6,8% de las exportaciones de la comunidad entre enero y abril del presente año.

Meses atrás, la Organización Interprofesional del Aceite de Oliva Español se dirigió a Garzón para denunciar el «mensaje de alerta» del Gobierno con su etiquetado frontal del aceite. «Nos tememos que muchos consumidores lo asumirán como una advertencia para limitar su consumo. La percepción final será que el aceite de oliva tiene la misma puntuación que alimentos que identificamos como incompatibles con una dieta sana. Perpetúa clichés que ya creíamos superados sobre las grasas como una amenaza para nuestra salud».

La Consejería de Salud y Familias de la Junta de Andalucía también remitió recientemente una carta al Ministerio de Consumo exigiendo reconocer las «propiedades saludables» del AOVE y «evitar la confusión y la penalización» de este producto.

Unos beneficios que, ahora sí, el ministro Garzón ha enumerado en un listado que llega algo tarde. «Tiene propiedades antioxidantes» ya que «los polifenoles del aceite protegen la sangre frente al daño oxidativo», expone. Mejora también «la presión arterial» debido a que «varios compuestos activos del AOVE tienen propiedades antiinflamatorias». Además, «mantiene a raya el colesterol: el ácido oleico es una grasa insaturada que tiene beneficios frente a la saturada». Y «aporta vitaminas A y E» que «ayudan a mantener un buen estado de salud ocular y protege las células del daño oxitativo».

La revista Journal of the American College of Cardiology (JACC) ya publicó en un reciente estudio que el consumo de aceite de oliva reduce la mortalidad por cáncer y enfermedades cardiovasculares. La investigación analizó durante casi tres décadas (1990-2018) la mortalidad entre más de 60.000 mujeres y 30.000 hombres, haciendo un seguimiento periódico de sus hábitos alimenticios. Los autores del trabajo destacan que, entre los fallecidos, aquellos que consumían más aceite de oliva (más de media cucharada al día) tenían tasas de mortalidad más bajas. Concretamente, en los casos de enfermedad cardiovascular, cáncer, enfermedades respiratorias y enfermedades neurodegenerativas, la mortalidad era un 19%, 17%, 18% y 29% menor, respectivamente.

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