¡Restringido el paso! Lugares imposibles de visitar
Dicen que el ser humano es tan caprichoso que siempre querrá lo que no puede alcanzar. Y quizá después de leer este artículo cambie el destino soñado de tus vacaciones. No porque sean lugares interesantísimos o alucinantes, que también, sino porque su principal peculiaridad es que no se pueden visitar.
El magazine Daily Planet ha elaborado una lista con algunas de las estancias o emplazamientos que por muchas ganas que tengas de ir o por mucho dinero que haya en tu cuenta corriente, nunca, nunca, nunca tendrás la oportunidad de visitar. En TourAffinity te hemos seleccionado las más curiosas:
– El archivo secreto de El Vaticano: En el interior de Ciudad del Vaticano se esconde esta librería a la que tan sólo unos privilegiados pueden acceder. Entre ellos, cómo no, está el Papa, que además es el dueño legítimo de todos sus libros. Y, aunque no es posible pedir prestado ninguno de sus libros, en un alarde de modernidad sus responsables pueden mandarte por correo electrónico la obra que necesites consultar.
– El Metro-2 de Moscú: Durante la II Guerra Mundial Stalin construyó una línea secreta de metro paralela a la pública a la que la KGB conocía con el nombre en clave de D-6. Todavía hoy el gobierno ruso no ha confirmado ni desmentido su existencia que supuestamente conecta el Kremlin con los cuarteles del Servicio Federal de Seguridad, el aeropuerto gubernamental y la ciudad búnker de Ramenki, situada a más de dos kilómetros de profundidad de Moscú.
– La caja fuerte en la que se guarda la receta de la Coca-Cola: En más de 125 años de historia nadie ha logrado adivinar cuál es la fórmula de la Coca-Cola. Es su principal secreto y como tal se guarda bajo llave en esta cámara secreta de alta seguridad. Bien es cierto que desde hace poco tiempo la compañía permite acceder a ella a determinadas personas pagando un precio por ello, aunque estamos seguros de que no les llevarán al lugar en el que está escondida…
– Cuevas de Lascaux: Esta complejo de cuevas está situada al suroeste de Francia es conocida por las pinturas con más de 17.500 años de antigüedad (pertenecen al Paleolítico). Hubo un tiempo en que estaban abiertas al público, pero ya no se pueden visitar por motivos de conservación.