Pasos fronterizos

El puente transfronterizo más corto del mundo está en España: mide 3.20 metros de largo y une estos dos pueblos

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Puente internacional que conecta La Codosera y El Marco. Foto: Wikimedia Commons.

En Extremadura, en la provincia de Badajoz, se encuentra un pequeño pero significativo puente que ostenta el título de ser el puente transfronterizo más corto del mundo. Hecho de madera, tiene una longitud de 3,20 metros y un ancho de 1,45 metros, características que lo convierten en algo único.

Desde su origen como un simple tablón colocado por los habitantes locales para facilitar el paso, hasta su modernización con la inclusión de pasamanos, esta modesta construcción vivió de épocas marcadas por el contrabando y la relación estrecha entre ambas comunidades.

¿Cuál es el puente transfronterizo más corto del mundo?

El puente transfronterizo más corto del mundo es el ilustrado en la imagen destacada. Pequeño y simple como se lo ve, este pequeño puente permite atravesar el río Abrilongo y une los municipios de La Codosera, en España, y Arronches, en Portugal.

Antes de su construcción oficial en 2008, los habitantes improvisaban cruces sobre el río utilizando tablones de madera. Estas rudimentarias estructuras eran frecuentemente destruidas por las crecidas del río durante las lluvias. La necesidad de un paso más seguro llevó a la creación del puente actual, gracias a un proyecto financiado por la Unión Europea.

El diseño final incluyó materiales más resistentes y un pasamanos que mejoró su seguridad, aunque sigue siendo exclusivamente peatonal. Este pequeño puente, aunque modesto en su estructura, refleja la historia de cooperación entre España y Portugal.

Los pueblos que une el puente transfronterizo más corto del mundo

El puente transfronterizo más corto del mundo es mucho más que un paso entre dos orillas. Es un testimonio de la relación histórica entre dos pueblos.

A continuación, lo que cada pueblo alberga en su interior:

La Codosera (España)

La Codosera, situada al noroeste de Badajoz, es conocida por su entorno natural y sus tradiciones. Este municipio se caracteriza por su proximidad al río Gévora, lo que le proporciona un clima húmedo que favorece la abundancia de vegetación.

En sus alrededores destacan bosques de castaños, olmos, encinas y alcornoques, así como cultivos de arroz y hortalizas.

Entre los sitios emblemáticos del pueblo se encuentra el Castillo, una edificación del siglo XIV que domina el paisaje desde lo alto, y el Santuario de Nuestra Señora de Chandavila, famoso por los relatos de apariciones de la Virgen de los Dolores en 1945.

Arronches (Portugal)

En el lado portugués, Arronches se encuentra en la región del Alentejo. Es un pueblo caracterizado por sus casas blancas adornadas con detalles coloridos y su historia marcada por la guerra. Durante la Edad Media, fue un importante bastión defensivo, como lo demuestran los restos de su castillo.

La región también alberga monumentos megalíticos, testigos de la ocupación humana en tiempos prehistóricos. Aunque el castillo sufrió daños significativos tras el terremoto de 1755, algunos vestigios aún permanecen como muestra de su pasado.

Historias del contrabando que padeció este puente

Antes de la entrada en vigor del Tratado de Schengen, este puente y su entorno fueron escenario de una intensa actividad de contrabando. Productos como tabaco, café y corcho cruzaban desde Portugal hacia España, mientras que el vino y las vasijas viajaban en dirección contraria.

Jose María Picado, un residente local, recordó en una entrevista con la revista Rayanos que el río se cruzaba «por unas piedras» antes de la construcción del puente moderno.

Estos relatos son parte de la memoria colectiva de los habitantes de la zona, quienes rememoran con nostalgia la creatividad y los riesgos asociados a estas actividades.

¿Por qué dicen que cruzar este puente es como un «viaje en el tiempo»?

Un dato curioso de este puente es que al cruzarlo se experimenta un cambio horario. España y Portugal tienen una diferencia de una hora en sus husos horarios. Por lo tanto, quienes cruzan de España a Portugal pueden bromear diciendo que «viajan al pasado», mientras que en el sentido inverso, «viajan al futuro».

A pesar de su pequeño tamaño, el puente se volvió un destino turístico para quienes desean explorar lugares singulares en la geografía ibérica.

Así, su relevancia no radica únicamente en su longitud, sino en lo que representa: una conexión física y cultural entre dos países que han compartido siglos de historia común.

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