Han pasado seis meses en los que el Gobierno socialcomunista decidió, a través del decreto del estado de alarma, limitar derechos fundamentales por el bien común. Según el Ejecutivo, esa prórroga del estado de alarma era el único instrumento legal para controlar a los ciudadanos y evitar la propagación del virus. Y en ese sacrificio de las libertades en aras del bien común, se limitó la libertad de movimiento y el derecho de reunión. Pero también se gobernó durante seis meses sin control parlamentario: a base de decretazos y por el camino, fue aumentando poco a poco su ‘tentación totalitaria’.
Después de seis meses conocemos oficialmente que el Ejecutivo no preparó un plan B a este estado de control, ni ley de pandemias ni nada. Esperando que las Comunidades Autónomas pidan por su cuenta y riesgo un estado de alarma. Por improvisar, ni siquiera el ministro del Interior, Fernando Grande Marlaska, preparó dispositivo alguno para atajar los botellones con el fin del estado de alarma.
Bienvenidos a La Antorcha, una guía para no perderse entre tanta operación de marketing. Hoy nos acompañan Almudena Negro y Jorge Vilches, autores de ‘La tentación totalitaria’: el relato de cómo el Gobierno socialcomunista está poniendo en jaque a España.