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Netflix tiene un nuevo fenómeno. En cuatro días desde su estreno, Berlín, spin-off de La casa de papel, ya es el contenido más visto en la plataforma a nivel mundial. Es un éxito, sí, pero la serie que mezcla demasiados géneros y que no termina de cuajar. Hay partes que funcionan muy bien (la de los golpes de guante blanco y la trama criminal) pero terminan endeudadas por las historias de amor que entorpecen el conjunto. Aquí no encontraremos la intensidad dramática de la serie original, se apuesta por algo diferente (algo que, a priori, es loable) más parecido a la comedia romántica clásica, pero que termina por cansar y desdibujar a Berlín, el que, sin duda, fue el personaje más carismático de La casa de papel.
Campanadas del 2023-2024 en Antena 3. Cristina Pedroche, antes de mostrar su ya famoso vestido reciclado que emulaba ser una ola del mar, lució un collar que llevaba a modo de tiara para, según ella, homenajear a «mujeres empoderadas como Lady Di». Mentira, era todo mentira, al igual que cuando, dieron las doce de la noche, la presentadora dijo haber perdido la joya. Un hecho que, en realidad, al espectador le dio igual, pero que luego se supo que formaba parte de un acuerdo comercial entre Antena 3, la marca de cervezas Estrella Galicia y Netflix para promocionar Berlín, ya que se supone que el famoso ladrón ficticio había birlado el collar de Pedroche. Primero, que se tenga que explicar a posteriori un anuncio significa que este no funciona. Segundo, que no avisen de que ese momento era desplazamiento publicitario no es legal. Da lo mismo, lo importante es ver cómo Netflix sabe lo que tiene entre manos con Berlín, su serie estrella para despedir el 2023 e iniciar el 2024.
Tras el fenómeno social que supuso La casa de papel para la plataforma de streaming, era lógico que se ampliase el universo de esta serie y se crease un spin-off. Se decantaron por hacer una precuela con el personaje más carismático del original. A pesar de que muriese al final de la segunda temporada, Berlín siempre ha funcionado por su ambigüedad, su romanticismo, estilo, brillantez, sentido del humor y crueldad. Nadie mejor que él para capitanear una nueva banda de ladrones.
Lo mejor que han podido hacer Álex Pina y Esther Martínez Lobato, creadores de la serie, es respetar el espíritu aventurero de La casa de papel pero dándonos algo nuevo. ¿Cómo? Jugando con el tono. En Berlín todo es más luminoso, liviano y festivo, nada que ver con la tensión canalla (y agotadora) de la serie original. Berlín recupera la esencia cine clásico de ladrones de guante blanco, lujo y sofisticación y lo pone al servicio de una trama a la que nunca llega la sangre al río.
Lo peor: la trama romántica
Y para hacer de esta una serie diferente, sus creadores le han otorgado la etiqueta de comedia romántica y ese, quizá, sea el problema. A priori es divertido (ya lo era en La casa de papel) ver a un psicópata como Berlín, enamorado de cada mujer fascinante que se cruza por su camino. El problema es que, en su nueva aventura, sus relaciones sentimentales restan más que aportan. Es más, la trama que junta al protagonista con su objeto de deseo provoca incluso que Berlín, por momentos, caiga mal. Y lo peor de todo es que, al final, esa historia resulta previsible si atendemos al tipo de producto al que pertenece. Y es que mezclar géneros es un arte dificilísimo de hacer y que no suele usarse mucho en nuestras ficciones. El intento es plausible aunque no se consiga la alquimia adecuada.
Lo mejor: el golpe, algunos personajes y el casting
Pero Berlín, al fin y al cabo, es una serie que no exige demasiado y que, en la mayoría de los momentos, cumple con su propósito natural que es el de entretener. Y eso se consigue gracias a un buen ritmo y la cosificación de ciertos misterios (como el del personaje de Cameron, por ejemplo, que es de lo mejor de la función). Siempre se apuesta por complicar las escenas, por meter tensión como sea, aunque en ocasiones pueda parecer que se hace de forma artificial, pero siempre funciona. El lujo de producción, el hecho de enmarcar la trama en París y las secuencias de acción, ayudan a que la serie se goce mientras se ve. Eso sí, se olvida rápido.
Por otro lado, Pedro Alonso vuelve a demostrar su carisma y lo muchísimo que adora a su personaje. Además, el actor se rodea, otra vez, de actores de primera. Michelle Jenner, Julio Peña, Begoña Vargas, Tristán Ulloa y Joel Sánchez son (a priori) los nuevos compinches de Berlín en sus robos y todos están estupendos aunque mención especial merece Vargas por su personaje (Cameron) y por cómo lo sabe manejar la actriz con maestría.