5 óperas primas que catapultaron la carrera de sus directores

Si algo nos ha enseñado el cine es que algunas carreras en la dirección son prolíficas desde la primera película.

ópera prima
12 hombres sin piedad (Orion Nova productions)
Francisco-Eme
  • Francisco-Eme
  • Soy un graduado en Comunicación Audiovisual y Publicidad, que escribe desde su pasión por y para el cine, donde también intento hacerme un hueco como guionista. "Todo lo que puede ser imaginado es real", Pablo Picasso.

Siempre se dice que los comienzos son duros, sobre todo en un sector tan cambiante como es la industria cinematográfica. La dirección de cine conlleva la responsabilidad de un producto final, que en muchas ocasiones por falta de experiencia tiene fallos evidentes que provocan frustraciones, tristes abandonos o una carrera que jamás termina de levantar el vuelo. Una buena ópera prima ya es difícil y lo que es realmente complicado es que esta sea excelente.

Una buena interpretación por ejemplo, salva el trabajo individual pero la realización premia solamente el resultado final. Por el contrario hay casos en los que jóvenes (y no tan jóvenes) directores pisan con fuerza en el sector con su primer proyecto. Este año lo hemos podido apreciar en las nominaciones de los Oscar con Florian Zeller y El padre o a través de Emerald Fennell y Una joven prometedora. Sin ser algo totalmente paradigmático se han dado en la historia del cine primeras propuestas que marcaron el inicio de una filmografía deslumbrante.

“12 hombres sin piedad”

No es solamente un gran estreno, sino que además es una de las mejores películas de la historia del cine. Su director, Sidney Lumet se estrenaba en el celuloide después de una etapa intensa dirigiendo capítulos de diferentes series de televisión. La película narra la decisión de un jurado sobre un caso aparentemente fácil de asesinato. Los personajes evolucionan mediante su relación con el caso, su idiosincrasia y las ganas que tienen de terminar con ese trámite judicial para irse a casa. Por suerte, uno de ellos interpretado por Henry Fonda pondrá en duda cada uno de los argumentos de los demás miembros del jurado.

“Ciudadano Kane”

La película de las listas cinéfilas. La ópera prima de Orson Welles está presente en la parte alta de cualquier lista de mejores películas de la historia del cine. La historia de Charles Foster Kane solamente sería la primera piedra de una carrera meteórica. Con tan solo 27 años, Welles dirigió una obra que cambio las bases del cine. El típico ídolo con el que no sale bien compararse, cuando uno recurre a la edad como excusa de todavía no haber triunfado.

“Amores perros”

Iñarritu y su Pulp Fiction mejicana. Amores Perros igual no está tan bien considerada mundialmente, pero junto con Ciudad de Dios posiblemente se trate de la mejor película latinoamericana de la historia. A partir de aquí, el idilio de Iñarritu con los Oscar rara vez se rompió. Ejemplos claros de ello son 21 gramos, Birdman o El renacido.

“Reservoir Dogs”

El inicio del director por excelencia de la cultura pop actual. Antes de que llegase su obra magna Pulp Fiction, Quentin Tarantino ya despuntó en Hollywood gracias a esta película que Harvey Keitel financió, por suerte para todos.

“Adiós pequeña adiós”

Si ser un director primerizo en una opera prima ya es algo complicado, ser un actor consagrado y luego ocupar la gran silla lo es aún más. Ben Affleck sorprendió a todos con esta historia sobre la desaparición de una niña que parte de una novela del escritor de Mystic River, Dennis Lehane. La industria comenzó a tomar en serio a Affleck a partir de aquí (y eso que ya tenía un Oscar por el guion de El indomable Will Hunting). Varios proyectos después llegaría Argo y el Oscar a la mejor película.

 

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