Tomás Rufo triunfa con tres orejas y le dedica su tarde a Manuel Perera, herido en su primer novillo

Tomás Rufo
Tomás Rufo en un lance. (Foto: EFE)

Una novillada de El Freixo se lidiaba esta tarde de lunes en el Palacio Vistalegre de Madrid dentro de la quinta del abono de Carabanchel. Los novilleros Antonio Grande, Tomás Rufo y Manuel Perera trenzaban el paseíllo en el coso a las siete de la tarde. No llegaba a mil personas en los tendidos.

El salmantino Antonio Grande pisó el ruedo con la única intención de demostrar que cuando quiere siempre encuentra la forma de hacerlo posible. Ante un novillo bastante complicado, el joven lo recibió de rodillas en los medios. Cuando más entregado estaba el novillo y más quiso el joven demostrar su nivel con el astado de El Freixo, encontró el toreo al natural con mucha sensibilidad y logró alargar la faena. Cautivó al público con sus pases de pecho. Finalizó con una gran estocada y se ganó una oreja.

El segundo novillo de la tarde fue para Tomás Rufo. Tenía grandes cualidades a las que el joven supo sacar partido, como su ritmo y su humilladora embestida. Lo recibió por verónicas y siguió por chicuelinas. La faena fue más breve que la anterior porque en animal iba perdiendo fuerza poco a poco. Aun así el joven supo sacarle partido con unas buenas series de naturales. Finalizó con una gran estocada y se ganó una oreja pese a que tuvo fuerte petición de dos.

El tercero de la tarde, para el más joven de la terna, Manuel Perera. Tras brindarlo al público se echó de rodillas toreando en redondo en los miedos. El animal era extraordinario queriendo coger siempre los trastos por abajo, aguantando el trazo largo y teniendo una gran duración algo que aprovechó el joven muy bien para llevar a cabo largos naturales. En el trance final, sufrió una gravísima cogida en el abdomen al entrar a matar. Lo tuvieron que llevar inmediatamente a enfermería y le fue imposible continuar. Rápidamente se informó de que su vida no corre peligro, pero fue trasladado al hospital de inmediato.

El cuarto de la tarde fue para Antonio Grande, ante otro novillo igual de complicado que los anteriores. El salmantino se lució por medias verónicas. Grande demostró con creces su crecimiento durante el parón por la pandemia. Ofreció gran dimensión y se lució por naturales. Pero no tuvo grandes opciones con el novillo y tuvo que abreviar. Tras varios pinchazos, estocada. Se llevó la ovación del público.

Continuó Tomás Rufo con un gran quinto con el que demostró sus grandes cualidades. Lo recibió por medias verónicas y continuó por chicuelinas. El animal solo quería telas y sólo las quería abajo el astado de la ganadería de El Juli, viniéndose algo a menos en el último tramo de la obra aunque aprovechando las distancias cortas. Casi toda la faena la hizo por bajo y sobre todo con entrega y verdad el toledano, que brindó el astado a Manuel Perera mientras éste estaba siendo intervenido en la enfermería por el doctor Enrique Crespo. Se lució por muletazos larguísimos aprovechando la clase del animal. Finalizó con una gran estocada entera y se llevó dos trofeos.

Cerró la tarde en sustitución de Manuel Perera el salmantino Antonio Grande, en una faena más parada que las anteriores. El novillero también brindó a su compañero herido. El salmantino tuvo pocas opciones con su sexto pese a que lo intentó: el animal se paraba e iba cada vez a menos. Esto le obligó a realizar una faena breve. Tras una buena estocada fue ovacionado por el público.

Ficha del festejo

Plaza de toros de Vistalegre, Madrid. Quinta de Feria. Novillada picada. Mil personas aproximadamente.

Novillos de El Freixo.

Antonio Grande, oreja, silencio y ovación.

Tomás Rufo, oreja y dos orejas.

Manuel Perera, oreja. Fue cogido al entrar a matar en su primer toro y no pudo continuar.

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