TOROS

Pablo Aguado sale a hombros en El Puerto de Santa María tras cortar dos orejas

Pablo Aguado toros
El diestro Pablo Aguado.

El sevillano Pablo Aguado se salvó de milagro de una cornada al ser cogido por dos veces de manera espeluznante por el sexto toro, pero acabó saliendo a hombros en la última corrida de la temporada en El Puerto de Santa María (Cádiz).

Gran ambiente en la última del ciclo portuense del verano. Público que venía a ver un cartel interesante, pero sobre todo venía a ver a Morante, que por fin estaba de vuelta tras reaparecer en la víspera en Huesca tras una complicada lesión de muñeca que le ha alejado de los ruedos varias semanas. Y el de La Puebla no defraudó.

Toreó a su primero de locura en un quite. Verónicas de seda con los vuelos del capote. Inició después su faena con muletazos por bajo con mucho garbo. Después vino el toreo en redondo, siempre colocado, tapándole al toro el efecto de puntear al final de cada muletazo. Fue una faena llena de recursos, de cambios de mano con gracia y de bellos retazos como los trincherazos o los pases por alto. En él debe, faltó un argumento claro. Más solidez. Mató de estocada entera algo desprendida y cortó una oreja.

Morante brindó el cuarto toro al público. Expectación por todo lo alto y runrún de algo importante. El toro era un manso que buscaba la querencia desde el inicio de la faena, pero el de La Puebla no se precipitó y, casi en los medios, le pegó una serie importante ayudándose con el estoque por la izquierda.

Por el lado derecho era más reservón el «juampedro» y Morante le atacó de nuevo por naturales. No sirvió de nada porque el toro encendió la luz de reserva y se paró. La falta de casta dio al traste con la esperanza del público. Desistió el torero y cobró una media que sirvió para que doblara. Ovación con saludos.

Talavante se topó en primer lugar con un inválido que se rompió una mano al comenzar la faena. Mató con prontitud, no sin antes intentar torearlo pese a la manifiesta lesión del astado, algo que no gustó al respetable.
Impresionó Talavante al inicio de su faena al quinto. Tenía que aprovechar el cartucho que le quedaba y optó por el toreo de rodillas. En los medios. Hasta darle el de pecho. Los tendidos echaban humo.

Después siguió con la derecha atacándole por abajo y toro respondió. Series templadas y de buen trazo. Con la zocata le dio tres naturales de gran calado, largos y muy templados. Finiquitó con un toreo ya más de cercanías hasta llegar al desplante con la muleta tirada.

Entró a matar haciendo guardia y culminó con una estocada mucho más ortodoxa. Una oreja con petición de la segunda, que con buen criterio el palco no otorgó después del sablazo tan feo.

Pablo Aguado se quiso lucir a la verónica en el recibo en el tercero, aunque brilló más en un quite por chicuelinas muy ceñidas de mano alta. Abrió faena pinturero el sevillano con pases de la firma y trincherazos.

A partir de ahí, comenzó con la diestra. En la segunda serie sonó la música tras templar y alargar los muletazos, aunque con cierta velocidad. Después vino una faena intermitente, sobre todo con la izquierda, donde no hubo acople ni mando. Tras muchos intentos de cuadrar al toro cobró una tendida que sirvió. Oreja.

El Sexto era un tío: altón y con esqueleto. Un poco basto. Aguado se lo llevó un poco más allá de la segunda raya del tercio para trastearlo con la mano derecha. No llegaba el acople con el toro que se movía pero sin argumento. Con la izquierda, el sevillano se puso muy al hilo, perdiéndole pasos y dándoselos de uno a uno.

Faena con cierta voluntad por parte del torero pero sin llegar a culminar en nada importante. Entró a matar y el toro lo cazó quedándose colgado entre lo pitones. Tremendo. Pero por si el susto no hubiera sido suficiente, volvió a entrar y fue un calco de la anterior. La diferencia fue que en esta ocasión se quedó más tiempo prendido. Sembró el pánico porque la cogida era muy fea pero el manto de la Virgen de los Milagros -patrona de El Puerto- lo salvó de una tragedia gorda. El público pidió la oreja que fue concedida.

FICHA DEL FESTEJO

Seis toros de Juan Pedro Domecq, bien presentados y de juego desigual. El mejor, el quinto.

Morante de la Puebla, de berenjena y oro: estocada ligeramente desprendida (oreja); media (ovación).

Alejandro Talavante, de violeta y oro: estocada (leves pitos); estocada que hace guardia y estocada (oreja con petición de la segunda)

Pablo Aguado, de azul marino y plata: estocada tendida (oreja); pinchazo y estocada saliendo prendido en ambos envites (oreja).

En cuadrillas, Jesús Díez «Fini» saludó tras banderillear al segundo, Juan José Trujillo hizo lo propio en el cuarto y Miguelín Murillo en el quinto.

La plaza registró más de tres cuartos de entrada en tarde calurosa.

Lo último en Toros

Últimas noticias