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Instagram: Jon Kortajarena pierde los nervios por una tortilla de patatas

Jon Kortajarena ha perdido los nervios en su Instagram. El modelo pidió una tortilla de patatas a domicilio.

Instagram: Jon Kortajarena pierde los nervios por una tortilla de patatas
Instagram: Jon Kortajarena pierde los nervios por una tortilla de patatas

Jon Kortajarena ha perdido los nervios en su Instagram. El modelo pidió una tortilla de patatas a domicilio. Este capricho le ha costado muy caro, Kortajarena publicó la conversación con la empresa de repartidores. El Estado de Alarma hace que cualquier actividad que no sea indispensable se convierta en todo un logro para la empresa que la realiza y quien la recibe. Glovo sigue haciendo entregas, pero no siempre dispone del personal para poder hacerlas a la misma velocidad que antes. Pide paciencia a sus clientes, algo que Jon no tuvo en ningún momento.

Una conversación fuera de tono por una tortilla de patatas

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El modelo Jon Kortajarena tuvo un pequeño antojo en estos días de cuarentena, le apetecía una tortilla de patatas. Contactó con una empresa que hace recados a domicilio, Glovo, destinada a llevarle la tortilla. En la situación actual que vive el país hacer una comanda a la misma velocidad que antes es imposible.

Kortajarena pierde los nervios en una conversación que acaba de la peor manera posible, faltando al respeto a los profesionales de la empresa Glovo que hacen lo que pueden en estos tiempos de confinamiento. Jon publica toda la conversación y además se siente orgulloso de decirles que: “Lo de Glovo es una vergüenza, si no podéis dar un servicio no lo deis”. Además, añade: “Ojalá algún día tenga usted ganas de tortilla y jueguen con sus sentimientos”.

Instagram: Jon Kortajarena pierde los nervios por una tortilla de patatas

Después de dos horas y una tortilla que no ha llegado el modelo se ha convertido en uno de los más criticados en las redes. Tal ha sido la avalancha de críticas por no tener empatía con los profesionales que siguen trabajando pese a las dificultades y la exposición a varios peligros, que Jon ha tenido que rectificar y volver sobre sus pasos. Pide perdón por el trato: “En ningún momento me estaba metiendo con los empleados que llevan la comida, sino con la empresa en sí. Desde luego pido disculpas a quien se haya podido sentir ofendido, no me importa dar la cara y hacerlo si he hecho daño a alguien”

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