Verdades y mentiras sobre la hipertensión: no siempre es necesario un medicamento
Las principales conclusiones precisan que la hipertensión está asociada a un incremento de eventos cardiovasculares
Se recomienda, entre otras cosas, evitar el tabaco, controlar la alimentación o reducir el consumo de sal
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La presión arterial es una medición de la fuerza ejercida contra las paredes de las arterias a medida que el corazón bombea sangre a su cuerpo. Hipertensión es el término médico que se utiliza para describir la presión arterial alta. Si se deja sin tratamiento, la presión arterial puede llevar a muchas afecciones médicas. Estas incluyen enfermedades del corazón, accidente cerebrovascular, insuficiencia renal, problemas en los ojos y otros problemas de salud.
Sin embargo, cuando se hace preciso la toma de un medicamento, inequívocamente hay que seguirlo, pero en ocasiones, han de llegar al extremo de una hipertensión, hay formas para tratar de reducir esta patología que no lleven a problemas cardiovasculares, entre otros.
Además del seguimiento por parte de los profesionales, tiene especial importancia la prevención para combatir la hipertensión arterial y atenuar sus efectos. Por ello, se recomienda evitar el tabaco, controlar la alimentación, reducir el consumo de sal, hacer ejercicio regularmente, limitar el consumo de alcohol y disminuir el estrés, así como tomar los medicamentos prescritos por el médico, cuando ya no quede otra opción. Una vida saludable puede evitar llegar a esta circunstancia.
Así, un reciente estudio del Instituto de Investigación en Sistemas de Salud, Biosistemak, de la mano de investigadores e investigadoras de Biogipuzkoa y Osakidetza, ha realizado un amplio trabajo que determina que la población menor de 45 años diagnosticada con hipertensión arterial tiene más probabilidades de sufrir enfermedades cardiovasculares.
La conclusión de este estudio ha sido dada a conocer por el Gobierno Vasco, a través de un comunicado, con motivo del Día Mundial de la Hipertensión, que se celebra cada 17 de mayo.
Este trabajo, finalizado en 2023, ha medido el impacto de los nuevos diagnósticos de hipertensión arterial en eventos cardiovasculares y en mortalidad, realizando el seguimiento de más de 25.000 ciudadanos vascos a lo largo de diez años.
Las principales conclusiones precisan que la hipertensión está asociada a un incremento de eventos cardiovasculares, y este incremento depende de la edad de diagnóstico de la hipertensión. De esa forma, los pacientes menores de 45 años son los que tienen un riesgo mayor, seguidos de los pacientes de 45 a 54 años, y las personas de entre 65 y 74 años los que tienen el menor riesgo. Sin embargo, no se ha observado asociación entre un nuevo diagnóstico de la hipertensión y la mortalidad por cualquier causa.
El grupo de investigación, liderado por Amaia Bilbao González, investigadora de la OSI Bilbao-Basurto y perteneciente a Biosistemak, identificó a 12.600 pacientes, mayores de 18 años, diagnosticados por primera vez con hipertensión en 2010 y 2011, y que no presentasen episodios cardiovasculares previos.
Pacientes hipertensos
Estos sujetos fueron emparejados por edad, sexo y centro de salud con pacientes sin diagnóstico de hipertensión ni eventos cardiovasculares previos. Además, se tuvieron en cuenta variables como el nivel socioeconómico, la diabetes, hipercolesterolemia y hábito tabáquico. Todos los pacientes fueron seguidos durante diez años para evaluar la aparición de evento cardiovascular o fallecimiento.
Los resultados del estudio apoyan la adopción de medidas de prevención y seguimiento de los pacientes hipertensos, especialmente en los grupos de edad con mayor riesgo, para así evitar la aparición de eventos cardiovasculares.
Enfermedad crónica más frecuente
La Hipertensión Arterial (HTA) es la enfermedad crónica más frecuente, con una prevalencia del 10,9% para mujeres y 11,6% para hombres en Euskadi, y está caracterizada por un incremento continuo de las cifras de presión sanguínea en las arterias. Se considera hipertensión clínicamente significativa, una presión sistólica sostenida por encima de 140 mmHg o una presión diastólica sostenida mayor de 90 mmHg.
Una vez diagnosticada a una persona de HTA, se realiza un seguimiento personalizado en Atención Primaria, fundamentalmente por los profesionales de enfermería. En principio, a una persona con cifras de presión arterial bien controlada y bajo riesgo cardiovascular le basta con una consulta cada seis meses y una analítica anual. En caso de alto riesgo o mal control, las consultas son más frecuentes.