El lado oscuro de la rinomodelación: el retoque estético puede hacerte perder parte de la nariz
La nariz es una de las estructuras anatómicas más complejas del rostro, irrigada por vasos sanguíneos muy finos

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En pleno auge de los retoques estéticos rápidos y la popularización de la rinomodelación sin cirugía, cada vez más pacientes llegan a consulta con complicaciones graves tras procedimientos nasales realizados sin las garantías médicas adecuadas. La más devastadora: la necrosis nasal, es decir, la muerte del tejido de la nariz.
Aunque la expresión «perder la nariz» pueda sonar extrema, es una realidad clínica. Así lo advierte el doctor Marco Romeo, cirujano plástico, docente y fundador de la Interactive Aesthetic Fellowship: «Sí, se puede perder parte de los tejidos de la nariz. Y lo más trágico es que, en la mayoría de los casos, es evitable».
Una moda que banaliza una zona crítica
La nariz es una de las estructuras anatómicas más complejas del rostro, irrigada por vasos sanguíneos muy finos. «Pequeños errores pueden interrumpir el flujo sanguíneo y provocar daños irreversibles», explica el especialista.
Sin embargo, en los últimos años se ha extendido la percepción de que ciertos procedimientos estéticos nasales son simples, rápidos y sin riesgos. Esta banalización, impulsada en parte por redes sociales y por la proliferación de tratamientos exprés, está detrás del aumento de complicaciones severas.
Procedimientos con mayor riesgo
Según el doctor Romeo, los tratamientos más frecuentemente relacionados con necrosis o pérdida de tejido nasal son:
- Rellenos nasales (rinomodelación) mal aplicados, el principal factor de riesgo.
- Hilos tensores colocados en la punta o el dorso nasal.
- Reinyecciones excesivas o demasiado frecuentes, que sobresaturan el tejido y comprometen la circulación.
- La necrosis nasal puede producirse por oclusión arterial directa, por compresión externa debida al exceso de producto o por lesiones que alteran el riego sanguíneo.
Señales de alarma que exigen actuar de inmediato
El especialista insiste en que el tiempo es clave. Entre los signos de alarma que pueden aparecer minutos u horas después del procedimiento destacan:
- Cambios de color en la piel (blanquecina, grisácea o violácea).
- Dolor intenso y desproporcionado.
- Sensación de frío o entumecimiento.
- Pérdida progresiva de sensibilidad.
- Aparición de puntos oscuros, indicio de necrosis avanzada.
«Si aparece cualquiera de estos síntomas tras un relleno nasal, hay que actuar de inmediato. Cada hora cuenta», subraya.
No todo es reversible
Aunque algunas complicaciones pueden resolverse si se actúa con rapidez —especialmente cuando se ha utilizado ácido hialurónico—, en otros casos el daño puede ser permanente. Las opciones reconstructivas dependen del tiempo de actuación y del producto inyectado, y pueden ir desde tratamientos médicos urgentes hasta reconstrucciones complejas en varias fases, con posibles secuelas estéticas definitivas.
Seguridad antes que tendencias
El doctor Romeo no demoniza la medicina estética, pero sí alerta de su banalización: «La rinomodelación puede dar buenos resultados en un número limitado de casos, pero muchas narices se benefician más de una corrección estructural quirúrgica que de retoques repetidos».
Su mensaje final es claro y contundente: «Elige seguridad antes que tendencias, experiencia antes que ofertas y ciencia antes que modas. La nariz es única. Y no hay repuesta».
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