Cuando el parto de nalgas es una opción viable

PARTO DE NALGAS

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Aproximadamente en el 4% de los embarazos, el bebé viene de nalgas. Ya sea por falta de espacio en el útero, por embarazos múltiples, o cuando la placenta está situada de manera anormal, algunos bebés no consiguen darse la vuelta y colocarse en el canal del parto con la postura más segura para el alumbramiento; es decir, con la cabeza hacia abajo (presentación cefálica).

Aunque no todos los partos de nalgas tienen por qué dar problemas, esta posición aumenta el riesgo tanto para la madre como para el bebé, por lo que se requiere una atención médica especializada. Sin embargo, la presentación podálica o de nalgas es una opción preferible a la cesárea, siempre que se cumplan una serie de requisitos que nos explican los especialistas de Quirónsalud.

¿Por qué el bebé viene de nalgas?

Lo habitual es que al final del embarazo el feto tenga la cabeza situada hacia la pelvis de la madre, sin embargo, algunas veces el bebé no se da la vuelta y se produce la llamada presentación podálica, cuando el feto tiene situadas las nalgas o las extremidades inferiores en el canal del parto. Aunque la causa exacta se desconoce, puede deberse a varias razones, como un espacio limitado en el útero o la propia forma del órgano. También es habitual en embarazos múltiples, ya que los bebés tienen menos espacio para moverse. Si existe placenta previa (si esta está situada en la parte inferior del útero) también puede producirse un cambio en la posición del feto.

Otras causas que pueden provocar que el bebé no se coloque correctamente en el canal del parto, pueden ser una cantidad excesiva de líquido amniótico, la estructura pélvica de la madre o incluso la edad avanzada o la juventud en madres primerizas.

Tipos de presentación podálica

El riesgo de un parto de nalgas es que «la cabeza del feto se quede atrapada en el canal del parto», asegura el Dr. Juan José López Galián, jefe del Servicio de Ginecología y Obstetricia del Hospital Quirónsalud San José, «especialmente en los casos en que existe una desproporción entre la pelvis materna y la cabeza del feto, dado que primero se extraen las nalgas y en último lugar la cabeza del bebé». Un abordaje, añade el especialista, que «dependerá de la variedad de presentación podálica que presente el bebé y que se establece en función de la zona o zonas del feto en contacto con el inferior de la pelvis materna»:

  • Presentación de nalgas puras, simples o francas: es la más frecuente (se da en alrededor del 70% de los casos) y se produce cuando los pies del bebé se encuentran a la altura de los hombros.
  • Presentación de nalgas incompletas: Se produce aproximadamente en el 20-25% de los casos, cuando el bebé tiene uno -o los dos- pies o rodillas en la vagina.
  • Presentación de nalgas completa: es la menos habitual – entorno al 5% de los casos- y se da cuando el bebé está con las rodillas flexionadas.

Abordar un parto de nalgas

La primera opción cuando se presenta un parto de nalgas explica el especialista, es esperar a que la gestación alcance la semana 36, «cuando el feto adopta la posición definitiva». Sin embargo, existen estudios que señalan que la frecuencia de presentación podálica en las semanas 28-32 es casi diez veces más alta que a partir de la semana 37. «Una vez llegado este punto, si el feto no se ha colocado, hay que plantearse la posibilidad de realizar una versión cefálica externa (VCE)», es decir, cambiar la posición del bebé desde dentro del vientre de la madre para colocarlo en presentación cefálica, (la postura habitual: con la cabeza hacia abajo, muy cerca de la pelvis).

En los casos en los que esta técnica no esté recomendada -o resulte fallida-, sin embargo, «toca decidir si el parto debe se puede producir de manera natural por vía vaginal o por cesárea», añade el especialista. Un procedimiento para el que existe un programa de control y atención al parto muy estricto, así como unos criterios específicos de elección de la paciente.

  • La existencia de un parto vaginal previo y la edad de la madre: en principio no son criterios excluyentes para intentar el parto por vía vaginal.
  • El peso fetal: el parto vaginal de nalgas está sólo indicado en casos con un crecimiento intrauterino normal y un peso fetal estimado inferior a los 4 kilos.
  • Dimensiones y morfología de la pelvis materna: será necesaria una valoración clínica que determine una adecuada proporción feto-pélvica.
  • Tipo de presentación podálica y a la actitud de la cabeza del feto: el parto vaginal sólo está indicado en caso de presentación de nalgas puras o completas y siempre que el cuello del bebé no esté hiperextendido más de 90 grados.

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