Un indicador de salud

El color de las heces revela infecciones y otras patologías

"La remolacha suele teñir las heces de rojo, confundiéndose con sangre o también la ingesta de ciertas verduras puede teñirlas de verde"

A pesar de existir estudios que han intentado relacionar el olor de las heces con ciertas enfermedades, realmente esto no suele ser relevante en la práctica clínica diaria

El color de las heces revela infecciones y otras patologías
Muchos factores influyen en la tonalidad de las heces.

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Una consulta muy recurrente en la especialidad de aparato digestivo es la relacionada con la cantidad y calidad de las heces, ya que estas son un muy buen indicador para conocer el estado de salud del individuo e incluso una señal de infecciones bacterianas, problemas metabólicos u hormonales…

En general, los pacientes se preocupan mucho por el ritmo intestinal y existe la falsa creencia que se debe ir al baño todos los días a la misma hora y de la misma forma. Nada más lejos de la realidad. Según señala el doctor Diego Sánchez en declaraciones a OKSALUD, médico especialista en aparato digestivo, «el ritmo intestinal depende de muchos factores, algunos no modificables como la edad o el sexo, y otros que cambian constantemente, como el tipo de alimentación, la ingesta de líquidos, la actividad física o el nivel de estrés, entre otros».

Por este motivo, añade, «se podría decir que, aunque todos conozcamos a alguien que alardea de ser como un reloj suizo a la hora de ir al baño, esto no es lo habitual (ni hay que forzarlo si alguien no es así, por supuesto)».

En cuanto a la consistencia de las heces también varía mucho y depende de todos esos factores anteriormente mencionados. En este caso, sí existen escalas más objetivas en las que poder cuantificar de forma más precisa cómo son las heces que cuentan los pacientes.

Lo que dicen el color y el olor

También le suele preocupar mucho al paciente el color y el olor de las heces. Realmente, explica el Doctor Sánchez, «el color no dice gran cosa salvo los extremos, es decir, unas heces blancas pueden traducir problemas a nivel del sistema biliar o del páncreas, aunque esto es relativamente poco frecuente».

Por el contrario, continúa, «unas heces negras, alquitranadas, sí son más preocupantes, ya que pueden traducir la presencia de hemorragia digestiva, habitualmente superior. Estas heces negras se llaman ‘melenas’, y, cuando aparecen, son una urgencia médica que requeriría que el paciente acudiera a un Servicio de Urgencias».

El resto de colores de las heces puede estar influenciado por muchos factores, fundamentalmente alimenticios. Por ejemplo, argumenta el especialista, «la remolacha suele teñir las heces de rojo, confundiéndose con sangre o también la ingesta de ciertas verduras puede teñirlas de verde». E invita a la calma: «No suponen ningún problema médico».

Lo mismo ocurre con el olor, que es muy subjetivo, y, a pesar de existir estudios que han intentado relacionar el olor de las heces con ciertas enfermedades, realmente esto no suele ser relevante en la práctica clínica diaria.

Algunos hábitos recomendados

Los alimentos con más grasa de la habitual, carbohidratos, dulces o el alcohol, entre otros, son todo un ejemplo de cómo nuestra alimentación puede hacer estragos en el sistema digestivo. Así lo sentencian los expertos del servicio de aparato digestivo del Grupo Hospitalario Quirónsalud, que ofrecen cinco consejos clave para el día a día, sobre todo si sientes hinchazón, estreñimiento, reflujo o digestiones pesadas:

  • Mantener una dieta variada y, en la medida de lo posible, contar con un horario habitual de comidas.
  • La hidratación del cuerpo es esencial, y se debe consumir entre uno y dos litros de agua diarios, dependiendo del peso corporal de cada persona. Normalmente se recomienda 30 mililitros por kilo al día.
  • Evita los alimentos precocinados y las grasas saturadas. Escoge una alimentación saludable rica en frutas y verduras y carne y pescado de calidad para evitar trastornos digestivos.
  • Controlar el peso también es necesario para evitar el desarrollo o el empeoramiento de enfermedades digestivas como el reflujo gastroesofágico.
  • La actividad física también es necesaria, ya que la falta de movimiento favorece el estreñimiento, pero la actividad siempre debe estar adaptada a nuestra capacidad y situación.

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