La Clínica Mayo recomienda dormir la siesta, pero debemos tener en cuenta estas pautas para que sea efectiva
 
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Dormir la siesta ha sido objeto de numerosos estudios que analizan su impacto en la salud y el rendimiento diario. Aunque suele asociarse con un descanso breve, sus efectos varían según la duración, la frecuencia y la hora del día en que se realice. Comprender estas diferencias es clave para aprovechar sus ventajas sin alterar los ciclos nocturnos de sueño.
Frente a este marco, la Clínica Mayo ha elaborado pautas específicas para que el descanso diurno cumpla su función sin generar problemas posteriores. Entre estas recomendaciones se encuentran aspectos relacionados con la duración, el entorno y la regularidad de la siesta, aspectos que deben considerarse cuidadosamente para que el sueño diurno sea efectivo y seguro.
¿Por qué la Clínica Mayo recomienda dormir la siesta?
Según plantea un artículo oficial de la Clínica Mayo, dormir la siesta puede ser una herramienta útil para mantener la alerta, mejorar el rendimiento y estabilizar el estado de ánimo, siempre que se respeten pautas de duración, horario y entorno.
A continuación, se detallan uno por uno los beneficios de dormir la siesta que plantea esta organización estadounidense sin fines de lucro:
- Reducción de la fatiga: un descanso breve permite recuperar energía durante el día.
- Mejora de la alerta: tras una siesta corta, la concentración y la capacidad de reacción pueden aumentar.
- Influencia en el estado de ánimo: dormir la siesta puede contribuir a mantener un humor más estable.
- Rendimiento cognitivo: la memoria y la rapidez de respuesta pueden mejorar tras un breve descanso diurno.
Estos beneficios dependen de que la siesta sea planificada y controlada en duración y horario, ya que un descanso excesivo o mal programado puede generar efectos contrarios.
¿Cuáles son los posibles inconvenientes de dormir la siesta?
No todas las personas responden igual al descanso diurno. Algunas dificultades y riesgos asociados a dormir la siesta incluyen:
- Sensación de somnolencia al despertar: conocida como inercia del sueño, puede durar hasta 35 minutos y afectar la concentración inmediata.
- Interferencia con el sueño nocturno: para quienes tienen problemas para conciliar el sueño por la noche, una siesta prolongada puede agravar la dificultad.
- Riesgos de salud asociados a siestas largas: estudios sugieren que dormir más de una hora al día con frecuencia podría relacionarse con hipertensión, diabetes y enfermedades cardiovasculares.
Por ello, es recomendable prestar atención a cómo responde el cuerpo y ajustar la duración y el momento de la siesta según necesidades individuales.
¿Cuándo es recomendable dormir la siesta?
La siesta puede considerarse en situaciones específicas, especialmente si se busca mantener la energía y la concentración:
- Al sentir somnolencia durante la jornada.
- Antes de periodos en los que se prevé menos sueño nocturno, como turnos largos de trabajo.
- Como parte de una rutina diaria planificada, manteniendo consistencia en horarios y duración.
Si la necesidad de dormir la siesta aumenta de manera repentina o se mantiene tras dormir toda la noche, puede ser señal de algún problema de salud. En estos casos, conviene consultar con un profesional médico para descartar trastornos del sueño o efectos de medicamentos.
Pautas para conciliar una siesta perfecta
La Clínica Mayo recomienda seguir ciertas pautas para maximizar los beneficios del sueño diurno:
- Duración controlada: entre 20 y 30 minutos es ideal. Dormir más tiempo puede generar somnolencia posterior.
- Horario adecuado: la siesta debe realizarse preferentemente antes de las 15:00 horas. Dormir después puede afectar el sueño nocturno.
- Entorno propicio: un espacio silencioso, oscuro y con temperatura agradable favorece el descanso. Dispositivos electrónicos y ruidos deben limitarse.
- Tiempo para despertar: tras la siesta, es recomendable permitir unos minutos antes de retomar actividades que requieran concentración o reflejos rápidos.
Estas recomendaciones buscan garantizar que dormir la siesta sea un recurso para recuperar energía y mejorar la productividad sin efectos secundarios indeseados.
 
                             
                             
                             
                             
                             
                                         
                                         
                                         
                                        