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Características del niño a los dos años

Características del niño a los dos años
Características del niño a los dos años

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Últimamente, tu bebé no para: trepa a cualquier mueble, corre, e incluso sube y baja escaleras prácticamente solo. Muchos padres se asustan al ver que sus hijos son cada vez más autónomos, independientes y curiosos. Les espera la mejor de las aventuras, y necesitarán tu apoyo y paciencia. ¿Cuáles son las características del niño a los dos años?

“Quiero hacerlo solo”. Con esta petición, tu hijo muestra que empieza a confiar más en sí mismo, y de rebote, en su capacidad para hacer bien lo que se proponga.

Cada vez más independiente, no tolerará bien los límites con los que tropiece, sean cuales sean. Las temibles rabietas se darán a menudo, aunque es posible superar estos enfados repentinos.

Un maremágnum emocional

Un niño de dos años puede pasar de la alegría al llanto en un momento. De la sonrisa al malhumor sin motivo aparente. Incluso a veces puede mostrar su fustración mediante patadas, mordiscos o golpes.

A muchos padres les desconciertan estos cambios de humor y no saben cómo actuar ante estos altibajos emocionales. Estos cambios de carácter demuestran que el pequeño crece y trata de gestionar sus impulsos y reacciones corporales.

Como aventurero novato, el niño a los dos años pondrá a prueba sus límites, pero también los de las personas que le rodean. Sea cual sea su patrón de comportamiento, los pediatras recomiendan no sobreactuar, con gritos, regaños o empujones. Sí es importante fijar límites a comportamientos agresivos y antisociales. Así se le ayuda a diferenciar entre lo aceptable y lo que no lo es. Lo que está bien, de lo que está mal.

También aconsejan elogiarlo cuando dé muestras de madurez. Por ejemplo, cuando se vista o alimente sin ayuda, o se lo pase bien jugando con otros niños. Como si de un adulto se tratase, cualquier pequeño agradece que valoren sus logros y le ayuden a quererse más.

Otros rasgos de esta etapa

-Posee más coordinación, fuerza y velocidad motora.

-Se vuelve más sociable y participativo. No teme iniciar nuevos retos y actividades.

-Come prácticamente de todo, excepto alimentos susceptibles de provocar un atragantamiento, como los frutos secos.

-Aunque se despierte alguna vez por la noche, suele dormir más horas seguidas que durante el primer año de vida.

En definitiva, paciencia, constancia y mucha tolerancia por parte de los padres serán básicas en esta etapa crucial para toda la familia.

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