oncología

Los oncólogos advierten de que el aguardiente de sidra Calvados podría aumentar el riesgo de cáncer

Advierten que también daña el ADN y aumenta la probabilidad de mutaciones que podrían originar células cancerosas

calvados cáncer
Una bodega con toneles para mantener la bebida alcohólica.
Diego Buenosvinos
  • Diego Buenosvinos
  • Especialista en periodismo de Salud en OKDIARIO; responsable de Comunicación y Prensa en el Colegio de Enfermería de León. Antes, redactor jefe en la Crónica el Mundo de León y colaborador en Onda Cero. Distinguido con la medalla de oro de la Diputación de León por la información y dedicación a la provincia y autor de libros como 'El arte de cuidar'.

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El Calvados, un aguardiente de manzana originario de la región francesa de Normandía, ha sido durante siglos una bebida emblemática, conocida por su sabor distintivo y su arraigo en la cultura gastronómica europea. Sin embargo, en los últimos años, esta tradicional bebida ha sido objeto de creciente preocupación por parte de los expertos en oncología debido a sus altos niveles de acetaldehído, una sustancia considerada tóxica y cancerígena.

La alarma se enciende especialmente cuando el consumo de Calvados se convierte en una práctica habitual, lo que aumenta los riesgos para la salud a largo plazo.

El Calvados se elabora mediante la destilación de sidra, que proviene de las manzanas cultivadas en Normandía, una región famosa por su rica tradición vinícola y sidrera. El proceso de destilación transforma el jugo de las manzanas en un aguardiente con un contenido alcohólico elevado, lo que lo convierte en una bebida fuerte y apreciada por su complejidad y sabor.

Sin embargo, en su afán por ofrecer una bebida de alta calidad, poco se ha hablado sobre los riesgos asociados al consumo frecuente de Calvados. A pesar de su popularidad en diversas celebraciones y como digestivo, su consumo excesivo o habitual puede tener efectos perjudiciales para la salud.

Acetaldehído: la sustancia de preocupación

Uno de los componentes más preocupantes del Calvados es el acetaldehído, una sustancia química producida durante el proceso de fermentación del alcohol. El acetaldehído es conocido por ser tóxico y, según numerosos estudios científicos, también se clasifica como un agente cancerígeno.

El impacto del acetaldehído en el cuerpo humano se ha relacionado con diversas formas de cáncer, especialmente aquellos que afectan el sistema digestivo, como el cáncer de esófago, boca y faringe. La Organización Mundial de la Salud (OMS) y otras entidades científicas han advertido sobre los peligros del alcohol en general, destacando que cualquier tipo de bebida alcohólica que contenga acetaldehído, como el Calvados, aumenta el riesgo de desarrollar enfermedades cancerígenas.

Riesgo de cáncer

Los oncólogos y expertos en salud pública coinciden en que el consumo habitual y excesivo de cualquier tipo de alcohol, incluyendo el Calvados, es un factor de riesgo significativo para el desarrollo de cáncer, como cita la Universidad Europea. Estudios han demostrado que el riesgo de desarrollar tumores aumenta con cada unidad de alcohol consumida regularmente, y el acetaldehído juega un papel crucial en este proceso.

El Dr. Luis Martínez, especialista en enfermedades relacionadas con el consumo de alcohol, señala que «el acetaldehído es una de las sustancias más peligrosas producidas durante la descomposición del alcohol en el cuerpo. No solo es tóxico, sino que también daña el ADN y aumenta la probabilidad de mutaciones que podrían originar células cancerosas».

Además del riesgo cancerígeno, el consumo prolongado de alcohol también está vinculado a otras enfermedades graves, como enfermedades hepáticas, trastornos cardiovasculares y daño neurológico.

Moderación y prevención

La clave para disfrutar del Calvados y otras bebidas alcohólicas con seguridad es la moderación. Los expertos recomiendan limitar el consumo de alcohol para reducir los riesgos asociados. En cuanto al Calvados, si bien no es el único aguardiente que contiene acetaldehído, su concentración de este compuesto tóxico es notablemente alta, lo que lo convierte en una bebida especialmente riesgosa cuando se ingiere en grandes cantidades o de forma regular.

La prevención del cáncer y otras enfermedades relacionadas con el alcohol pasa por un enfoque integral que no solo considere el tipo de bebida, sino también los hábitos de consumo. Los oncólogos advierten que una reducción en la ingesta de alcohol y un mayor cuidado en la elección de las bebidas pueden marcar la diferencia en la salud a largo plazo.

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