Yolanda, la primera que adopta (abiertamente) la hoja Bildu

Yolanda Díaz separatismo
  • Graciano Palomo
  • Periodista y escritor con más de 40 años de experiencia. Especializado en la Transición y el centro derecha español. Fui jefe de Información Política en la agencia EFE. Escribo sobre política nacional

En un post todavía reciente publicado este mismo mes, advertía el autor acerca del gran manifiesto de Bildu, expresado por boca de su inmarcesible líder democrático Arnaldo Otegi, en el sentido de que para que España se convierta en un «país republicano, laico y socialista», antes tiene que resultar una «España rota…».

Pedía para ello que las «fuerzas progresistas de la izquierda (sic)» coadyuvaran en esa pretensión de romper España. Por lo que leo en todos los medios, resulta que Sumar (puñaladas) es la primera formación no ultranacionalista que incluye en su programa un referéndum de autodeterminación para Cataluña. ¡Ojo! Lo propone un movimiento (o lo que sea) cuya líder es todavía vicepresidenta del Gobierno de España, viaja en aviones oficiales del Estado, habita, viste y come por cuenta de todos los contribuyentes españoles. ¡Con un par!

¿Pretende con ello restar votos a ERC, Junts y al resto de partidos abiertamente secesionistas? ¿Acaso la señora Díaz es que no cree en España, que la ha sacado de un ignoto despacho de abogados laboralistas de su Ferrol natal?

El asunto es tan serio que ninguna fuerza política en los países que ama y admira, léase Cuba, Bolivia, Ecuador o Venezuela, se permitiría tal lujo y mucho menos estando en el poder. Me malicio, quiero maliciarme, que la gallega no es tan chorroborro como para no saber que la autodeterminación está prohibida por la Constitución, que la ONU no reconocería tal disparate y que la Unión Europea tendría que actuar de oficio contra la agresión a un Estado miembro, que no es otro que España.

Una cosa es jugar a aprendiza de bruja con los fijos discontinuos y otra bien distinta es intentar poner en almoneda una nación con seis siglos de existencia. Todo ello bajo las arenas movedizas de un separatismo intoxicador, falsario respecto a su propia historia, corrupto hasta la médula, xenófobo y supremacista, levantado sobre colosales montañas de mentira y tergiversación.

¿Ésta es la señora que pregona todos los días con su voz meliflua que ella está para intentar solucionar los auténticos problemas de los españoles? ¿Le ha dado un aire o ha tenido una digestión pesada? ¡Mare de Déu!

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