Venezuela = oportunidad

Venezuela = oportunidad
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Que Venezuela está pasando una crisis económica de lo más severa donde faltan hasta productos de primera necesidad, no es noticia. También es bien sabido que Nicolás Maduro, el presidente de Venezuela, quiere cambiar la constitución a través de una consulta popular el 30 de julio. Con estos cambios debilitaría la Asamblea Nacional, el órgano unicameral legislativo de este país y una fuente de oposición. Lo que no es tan público (rumores entre traders de materias primas) es que Venezuela está presionando fuertemente a los miembros de la OPEP (Organización de Países Exportadores de Petróleo) y a Rusia para que sorprendan al mercado con un recorte en la producción de petróleo antes del 30 de julio.

Maduro está nervioso, ya que según Argus Media, un proveedor independiente de análisis e inteligencia de los mercados energéticos, PDVSA (Petróleos de Venezuela) quebraría en 3 meses si el barril no logra mantener una media por encima de los 50 dólares. Conseguir los recortes de producción sólo significaría comprar tiempo. Bloomberg Energy calcula que Venezuela necesita un barril por encima de 200 dólares para tener un superávit fiscal.

Una fuerte subida del petróleo antes de la fecha de la consulta popular le daría muchos puntos a Maduro. Por una parte podría otorgarse el mérito de haber conseguido vencer a las fuerzas imperialistas que mantienen la materia prima deprimida.  A la vez podría aumentar el gasto a corto plazo y ganarse el favor del pueblo con regalos u otro tipo de incentivos.

El problema es que Venezuela, a pesar de sus reservas probadas de petróleo, consideradas las mayores del mundo por el Estudio Estadístico de Reservas de petróleo de BP, no es un miembro influyente de la OPEP. Venezuela intentó durante todo 2014 conseguir cortes o limitaciones en la producción del cartel petrolero, sin ningún tipo de éxito.

Lo irónico es que Venezuela, muy probablemente, vaya a ser la causa de una subida del crudo, pero a expensas del país, no beneficiándolo. Si el crudo no estuviera por encima de los 50 dólares de media en los próximos tres meses y PDVSA se arruinará, se perderían 2 millones de barriles diarios de producción. Sin duda, el precio del petróleo respondería subiendo.

Ahora, si el precio del barril está por encima de 50 de media y PDVSA no entra en bancarrota y Maduro gana la consulta, iniciaría un proceso de expropiaciones a las empresas petroleras extranjeras (palabras de su gabinete) para nacionalizar la producción. No obstante, por alguna razón, ignora que toda la tecnología e infraestructura para producir los 2 millones de barriles (cifra que cae cada año por la falta de inversión) la obtienen gracias a los proyectos conjuntos de PDVSA con empresas extranjeras. De hecho, PDVSA ha emitido un comunicado garantizando la seguridad jurídica de todas las petroleras extranjeras que colaboran con la misma. Por el historial de Maduro parece probable que las palabras del gabinete sean ciertas si éste consigue el estatus dictatorial.

Sería un suicidio económico. Ninguna petrolera invertiría en Venezuela y no podrían producir petróleo. El país entraría en quiebra en pocos días. Seguramente, ésta sería una de sus últimas acciones como presidente.

Por lo tanto, a pesar de lo humanamente deplorable que es la situación en Venezuela, ésta presenta grandes oportunidades. Por un lado, la subida del petróleo y, por otra, la bancarrota de Venezuela combinada con un cambio de régimen presenta una increíble ocasión de comprar en un gran país con una pésima gestión.

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