¡Trata de arrancarlo, Pedro, por dios!

¡Trata de arrancarlo, Pedro, por dios!

El próximo fin de semana Pedro Sánchez comenzará su periplo por la piel de toro. Primera parada, Valencia. Tierra de Puig. Consultado el valenciano —que fue uno de los que, por decirlo suavemente, no estuvo junto a Sánchez cuando vinieron a cortarle la cabeza los barones y baronesas del PSOE—, éste ha dicho que no entiende a qué va el ex secretario general por aquéllas tierras pero que (sacando un poco la pata) todo el que visite su tierra será bienvenido. Como si fuera un turista que va con la intención de pasar el día en la Malvarrosa y tomarse una buena paella.

La crueldad está campando a sus anchas en el PSOE cuando de hablar de Pedro Sánchez se trata. Me recuerda a los típicos matones del colegio, esos que cuando el “jefe” de la pandilla hacía una broma todos le reían la gracia y le imitaban como monos sin entender muchas veces que lo que hacían decía más de ellos que de quien pretendían reírse. Y así están resultando las declaraciones de muchos —demasiados—  dirigentes del PSOE desde que Felipe abriera la veda. Cada vez que el jarrón chino abre la boca para soltar un dardo envenenado contra Pedro, salen inmediatamente, como bufones de la Corte, una suerte de “dirigentes” a seguir la linde. Y ya sabe usted que algunos, a pesar de que la linde se acabe, continúan…

Cada vez se oye más entre las filas socialistas que Pedro Sánchez se precipitó anunciando su “gira” por España inmediatamente después de dar las campanadas en la entrevista que le hizo Jordi Évole. Recuerde, mi querido lector, que entre las bombas que soltó, se lanzó anunciando que el lunes siguiente (o sea, al día posterior de la entrevista) cogería su coche, cual Rocinante, y “tiraría millas”. Ahora parece que se lo va a tomar con un poco más de calma. Como los que le animaban a emprender la revolución, que ya se van descolgando.

“Naniano naniano niano” dicen algunos ya cuando les preguntan por su apoyo a Sánchez en unas imaginarias primarias. Y digo imaginarias porque en los planes de Díaz no cabe otra cosa, si es que se anima a pasar Despeñaperros, que no sea la aclamación mientras caen pétalos de rosa del cielo. La amenaza de que Borrell pudiera presentarse ha quedado borrada: desde luego, qué casualidad que ahora el juez decida dar marcha atrás y llamar a los consejeros de Abengoa a pesar de haber decidido en mayo que no había causa para investigarles. Lo más probable es que resulte probada su inocencia —sí, porque Borrell está llamado a probar su inocencia, no lo olvide, aquí todo va al revés— tras la celebración del Congreso socialista. Y como la casualidad siempre acompaña a estas cosas (ya sabe usted que los caminos del Señor son inescrutables) yo ya veo que a Sánchez le pasará algo parecido a lo que le sucedió a Carlos Sainz. ¿Se acuerdan? Justo antes de llegar a la meta, aquel parón fatídico. Parecía una broma pesada. Como todo lo que le viene ocurriendo al PSOE últimamente.

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