La tonta de la urna

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A la «tonta del bote» la llamaban así porque guardaba colillas en una lata para un ciego que tocaba el violín. Se reían de ella, y eso que los motivos que la guiaban eran del todo encomiables. Nuestra “tonta de la urna” no hace tanta gracia. Ni siquiera es risible porque es mala. Ella no pretende hacer un poquito mejor la vida de un amigo sin fortuna sino seguir fastidiando a los que tiene como enemigos abusando de sus prerrogativas y posición.

“Ningún niño sin juguete” es el nombre de la campaña navideña de La Cruz Roja de la Juventud que se puso en marcha en toda España para que ningún niño se quedase sin Reyes Magos. Cataluña tuvo la suya: la “Cap nen sense joguina” que organizan cada año Radio Barcelona-SER Catalunya y el Casino la Aliança del Poblenou para recoger juguetes nuevos para más de 10.100 niños y niñas sin recursos de un total de 39 entidades de carácter social de la ciudad. Y es todo un éxito. Se subastaron objetos pertenecientes a personajes famosos. Una guitarra eléctrica firmada por Angus Young, fundador del mítico grupo de rock AC / DC; el original en tinta de la portada del álbum de Mortadelo y Filemón ‘Por Isis, llegó la crisis’, autografiado por Francisco Ibáñez o unas botas firmadas por Leo Messi. Serrat, por su parte, donó una guitarra y Neymar y Federer, camisetas suyas.

Pues no se lo pierdan.  La consejera secesionista de Presidencia, Meritxell Budó, se unió incomprensiblemente a una campaña perfectamente decente que no la necesitaba. ¿Por qué lo hizo? Pues para hacer lo único que saben hacer nuestros independentistas: no perder la ocasión de seguir intoxicando a la ciudadanía con su delirio egoísta e insensato. Fíjense cómo funciona la cabeza de esa gente que no tuvo más idea que ofrecer una urna de esas de plástico tipo ‘tupper’ –esas de los ‘chinos’ que se hicieron tristemente famosas el día del referéndum de octubre de 2017-  para que fuera subastada como un objeto de interés más. Firmada, imagino, por ella misma.

Lina Morgan, la “tonta del bote” de la novela y más tarde famosa película de los 70, representaba a una humilde y sencilla chica trabajadora de cuyos sentimientos se burlaban algunos señoritos/as del lugar.  Y ahora tenemos tonta nueva. Porque si Budó dice que el 1 de octubre votaron para que tuviéramos “un futuro mejor” y lo que consiguieron fue que se marcharan las empresas más importantes de Cataluña, que la división social llegara al paroxismo y que una gran parte de sus correligionarios acabara en la cárcel, se merece absolutamente ser nuestra “tonta de la urna” en versión “procesista”. Y, muy lejos de la dignidad y humanidad de la Morgan, es precisamente nuestra “tonta de la urna” la señorita que se burla de los sentimientos de la parte más despreciada e ignorada de la población catalana, simbolizada en este caso por sus hijos, a los que ella se refiere, “senyorassa”, como “els nostres nens”.  ¡Haced que los niños se alejen de ella! Ya debería saber que ni son suyos ni lo serán nunca, y más cuando el mito de “un sol poble” fue reventado unos días más tarde de la fecha que luce su cutre e insidiosa urna: el 8 de octubre de 2017.  Si no lo recuerda, le señalamos que fue el de la gran manifestación anti independentista por las calles de Barcelona, la del millón de personas, que demostró al mundo que muchísimos catalanes se oponían a sus desvaríos y que no todos éramos iguales. Comparado con la urna golpista, ¡qué bello aquel bote de colillas bondadosas!

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