PRIMERA LÍNEA

Toca desmantelar los chiringuitos clientelares

PSIB-PSOE

Que dice Iago Negeruela que si el 23 de julio gana las Generales eso que la extrema izquierda llama, ultraderecha, sencillamente por no alinearse con la corrección política queer-woke-progre, España vivirá el mayor retroceso en derechos sociales de la historia. También es cierto que desde la sede del PSOE se ha pedido a sus conmilitones que metan con calzador si hace falta eso de la ultraderecha, convencidos como están de que este perro muerde todavía. El mega-políticón Negeruela ahora es el portavoz de campaña de cara a las inminentes elecciones generales, a celebrar mira por dónde, solo 55 días (en Pekín) después de anunciarse. Igual como en la película dirigida en 1963 por Nicholas Ray. El mismo año, en que el Seguro Obligatorio de Enfermedad de Franco (¿pero no lo había inventado Felipe González?) dio órdenes de vacunación masiva antipoliomelítica. Todo un avance social.

En realidad lo que Negueruela quería decir es que el negocio clientelar que el PSIB-PSOE ha ido desplegando y que le ha permitido no hundirse en las urnas, gracias solamente a todas esas paguitas, es lo que se va a acabar. Es bastante probable que este inspector de trabajo metido a pésimo titular de la Conselleria de Turismo desconozca aquel proverbio chino: «Dale un pez a un hombre y comerá hoy. Enséñale a pescar y comerá el resto de su vida».

Natural, porque no entra esa posibilidad, ni en el grupo de Puebla y menos en la Agenda 2030, donde se hermana idéntico principio: sumisión, antes que libertad. Para los primeros, la clase media es un peligro porque piensa, porque es libre; para los segundos, que son el lado oscuro del Foro de Davos, «el 2030 no tendréis nada y seréis felices». Un negro futuro…

El anuncio de adelantar las elecciones generales al 23 de julio seguro que esconde truco viniendo del trilero presidente Sánchez. Ya saben: el trile, ese juego callejero de apuestas fraudulentas. Por eso la emergencia primera es desmantelar los chiringuitos clientelares, esos que el bolivariano Errejón definía como refugio del activismo radical en caso de perder las elecciones. La debacle de la izquierda radical el 28 de mayo augura la febril actividad clientelar en un intento tumultuario de revertir la situación.

No es una cuestión equiparable a venganza, palabra que refiere castigo. Al contrario. Se trata de neutralizar la capacidad de acción de radicales para revertir el resultado electoral mediante la agitación y la propaganda. Si el electorado ha decidido que Unidas Podemos debe desaparecer, como así ha ocurrido, el paso inmediato debe ser derogar toda práctica ideológica salida de instancias dependientes del partido fundado por Pablo Iglesias conocido miembro de La familia Frap, una licencia si me lo permiten, a propósito de la película dirigida por Wolfgang Liebeneiner que es original y no copia. Todo lo que ha tocado Unidas Podemos desde el poder debe ser clausurado. Porque así lo ha decidido el electorado y de manera unánime. ¡Adiós Gloria Santiago! Ahora podrás regresar a tiktok sin padecer el estrés institucional.

¿No dependía de los podemitas Memoria Democrática versión arxipèlag? Pues, ¡deróguese! Y bueno será buscar debajo de las alfombras. No acabo de asumir que un magistrado de prestigio se prestase al juego de tronos. ¿Y ahora, qué? ¿De nuevo a la Magistratura? ¡Qué vergüenza! Curas, jueces, médicos y otros asimilables no deberían dedicarse a la política mientras sea vigente su vida laboral. La vocación no casa con comulgar con ruedas de molino, porque es una práctica que pervierte la honorabilidad del oficio. La excepción está en el doctor Salvá, obligado por las circunstancias a paliar su dolor blandiendo con energía una bandera enfrentada al terrorismo.

¿Qué decir de Obra Cultural Balear? Ha vendido nuestra identidad cultural a los intereses del pancatalanismo. ¿Ha defendido el mapa de los Cresques o por el contrario ha asumido que se trata del atlas catalán? ¿Ha vendido a Ramon Llull a los intereses catalanes o lo ha defendido como seña propia de la identidad mallorquina? ¿Se ha plegado a intereses de la Generalitat de Catalunya o por el contrario ha reivindicado nuestra lengua como propia?

Estos días, sin ir más lejos, circula por las redes una frase de Robert Graves fechada en 1979 en Barcelona: «Los mallorquines, una lengua tan antigua como el inglés y más pura que el catalán o el provenzal, sus parientes más cercanos». ¿Por qué defender entonces la unidad de la lengua, salvo que sea al servicio de los inductores de una lengua común, unificada, que justifique la deriva separatista? ¿Porque se ajusta a los intereses pancatalanistas?

¿El PP será capaz de cerrar el grifo, incluso desmarcarse del uso partidista de los Premios 31 de Desembre? No sé yo. Hay demasiado dinero público distraído en algarabías, que en nada se relacionan con nuestra identidad propia. Es el momento de cambiar esta situación. ¿El PP lo hará?

Pero no solamente el área de influencia de Unidas Podemos y la OCB debe ser revisada en profundidad. También, el sistema educativo donde Més se ha encargado de colocar a sus peones para desarrollar su ingeniería social, encaminada a subvertir el orden constitucional por la vía de los hechos y aquí es donde mucho me temo que el PP va a flaquear demasiado, cuando no debiera. Porque lo nostro no es excusa suficiente para acabar con todo un legado histórico compartido que nos convierte en grandes protagonistas. Solamente la mediocridad de Més, que está detrás de tanto desaguisado.

¿Qué decir del resto de chiringuitos ideológicos conocidos que aspiran a un borrado sistemático de nuestra identidad compartida? Deben desaparecer.

Allí bajo las alfombras es donde el centroderecha debe encontrar las claves de las mentiras pagadas con dinero público que, desaparecido el Pacte, han de periclitar en nuestras vidas. Por higiene democrática hasta que la idea de ese bolivariano que es Errejón pierda por completo su vigencia.

¿Será capaz de todo ello el PP de Marga Prohens? ¿Acaso el PP no está por la labor de la Agenda 2030? Algunos llevan el pin en la solapa. ¿A qué se debe la prepotencia de gobernar en solitario, incluso ni siquiera hablar con Vox? Mayoría: 30 escaños. PP y afines: 26. ¿No llama la atención?

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