Suprema demostración de cobardía moral de la pareja Iglesias-Montero

Suprema demostración de cobardía moral de la pareja Pablo Iglesias e Irene Montero

Durante meses cargaron contra OKDIARIO y su director, Eduardo Inda, a quienes acusaron, con el apoyo de toda la trompetería de la izquierda mediática, de acosar a sus hijos pequeños. Vertieron sobre este medio gravísimas acusaciones y una catarata interminable de insultos. Se inventaron que este diario se dedicaba a perseguir a sus hijos y lo hicieron falseando de manera clamorosa la realidad, exhibiendo un grimoso victimismo que contó el apoyo de una parte de eso que llaman profesión periodística y que ahora calla al comprobar como la Justicia ha dictaminado que «no hubo acoso ni hostigamiento» alguno y que la presencia del periodista de OKDIARIO en el lugar de los hechos hacía honor a «un periodista que busca información».

Y es que, en efecto, la presencia del periodista en las inmediaciones de la guardería a la que los políticos de Podemos llevaban a sus hijos se debía a una investigación que se estaba llevando a cabo tras descubrir que el local no disponía de la pertinente licencia de actividad. Pablo Iglesias e Irene Montero lo sabían, pero, como en anteriores ocasiones, diseñaron una estrategia mezquina en la que se sirvieron de sus hijos para inventarse que habían sido objeto de acoso y persecución por parte de OKDIARIO. Y acudieron a la Justicia apoyados por el habitual coro de serviles. El varapalo judicial -el enésimo- fue concluyente. OKDIARIO en ningún caso acosó a los hijos del ex vicepresidente del Gobierno y la ministra de Igualdad, sino que no hizo otra cosa que cumplir con su obligación de informar. Estos son los hechos. Tan evidentes que la pareja ha rechazado recurrir la sentencia. Sin tan seguros estaban de que OKDIARIO acosaba a sus hijos, ¿por qué no ir hasta el final, por qué rendirse?  Pues porque Pablo Iglesias e Irene Montero sabían desde el principio que no había acoso alguno, pero les interesaba erigirse en víctimas utilizando, de forma obscena, a sus hijos. Al final, la verdad ha vuelto a imponerse, la Justicia ha dado la razón a OKDIARIO y a su director, Eduardo Inda, y la pareja ha dado muestras nuevamente de su portentosa cobardía moral.

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