Supervivientes olvidados
Inocentes. Las otras víctimas de la ETA es el último gran libro de Juan José Mateos. En esta ocasión con prólogo de Fernando Savater, que sabe de lo que habla en cuestión de terrorismo etarra, pues fue de los primeros en combatirlo con la palabra, a pecho descubierto. Y JJ Mateos, ex miembro del GAR de la Guardia Civil es otra víctima trágica de la ETA, (probablemente aún está vivo porque una modesta limpiadora hizo de pantalla entre la bomba asesina y su propio cuerpo). A pesar de todo unas terribles secuelas le acompañarán de por vida. Su libro hiela la sangre.
Inocentes recoge un puñado de experiencias de viudas y huérfanos de asesinados por la ETA. Porque si un atentado tiene poca historia (cuándo, cómo, cuántos muertos y heridos, ni siquiera cabe el por qué) las vidas rotas de los supervivientes darían para toda una biblioteca. Por fin alguien ha tenido el interés y la empatía de cultivar la amistad con estas otras víctimas de la ETA. Que para penetrar en la barrera de dolor y desconfianza que han generado décadas de duelo, casi siempre en solitario, se necesita una relación que no se consigue en un simple encuentro. Y Juanjo es uno de los suyos, sus cicatrices llevan las siglas de esa feroz máquina de matar que fue la ETA, hasta que, como dice el autor, fue derrotada policialmente. Exactamente lo contrario de lo que los nacionalistas negaron que podía pasar durante años. Que nadie lo olvide, las distintas policías, se pusieron entre ellos y nosotros, dieron la cara y el cuerpo para que fuéramos libres, hasta que llegó el vil Sánchez y decidió que le parecía lícito mantenerse en el poder con su apoyo.
Lo que nos devuelven los personajes de Juanjo es una historia de terror en la que no fue suficiente con matar a un marido o a un padre, sino que hubo que humillar a todos los supervivientes, insultándoles, burlándose de ellos, intentando que se fueran del País Vasco, cosa que, en muchos casos, no lograron. Cuando leo sus testimonios pienso que su sacrificio en cierto modo nos redimió, les venció moralmente igual que el valor de la Guardia Civil (y la Policía Nacional) los derrotó «militarmente». Ya sólo cabe citar el lema que ha inventado Mateos y que define un loable proyecto de vida: «Lucharé contra el olvido como luché contra la ETA» (siempre utilizando el artículo, como hacemos todos los del GAR cuando hablamos de la ETA y como corresponde a una banda terrorista y criminal que el sucio sanchismo blanqueó para deshonrar a sus víctimas y perpetuarse en el poder).