¿En serio?

¿En serio?

Pedro Sánchez ha decidido aplicar en la campaña de Gabilondo para Madrid el mismo esquema que utilizó para defender la candidatura de Illa en Cataluña. Al fin y al cabo persigue el mismo objetivo: que no gobiernen la comunidad autónoma quienes defienden el orden constitucional y el imperio de la ley; que no gobiernen quienes defienden la libertad y la igualdad entre españoles.

En el caso de Cataluña, es probable que Sánchez prefiriera que Illa hubiera tenido la posibilidad de nombrar consejeros a los golpistas que están en la cárcel y a los golpistas que se encuentran huidos de la justicia; pero lo que verdaderamente le preocupaba a Sánchez es que la Constitución tuviera una oportunidad en esa comunidad. Y gracias a sus esfuerzos por legitimar el golpismo ese peligro ha sido conjurado. Sánchez ganó en Cataluña porque su objetivo principal no era que ganara Illa sino que perdiera la Constitución.

Los propagandistas de la Moncloa se plantean la campaña de Madrid con idéntico objetivo: desplazar al constitucionalismo del Gobierno de la comunidad autónoma para que ganen quienes quieren derogar el sistema del 78, los enemigos jurados de la Constitución. Así se explica que Sánchez entre en campaña pidiendo el voto contra “la foto de Colón”; a Sánchez no le gusta lo que esa foto simboliza: la defensa del orden constitucional, en la calle y sin complejos.

El Goebbels de bolsillo que acompaña a Sánchez en la Moncloa comenzó la campaña de Madrid catalogando a Gabilondo de manera muy similar a como lo hizo con Illa. Del “Illa president” transitaron al “Gabilondo presidente”. Y si Illa fue presentado como el candidato “moderado” porque hablaba bajito (tan bajito que lo mismo ocultaba muertos como consecuencia de su nefasta gestión que perdía decenas de miles de vacunas y no nos enterábamos…), Gabilondo se nos ha presentado como un candidato “soso y aburrido”. El siguiente paso de la factoría Redondo ha sido intentar homologar esas dos características del carácter del candidato con una virtud política de lo que sería su Gobierno: un Gobierno serio.

¿En serio? ¿En serio se creen que puede colar que un Gobierno conformado por quienes han arruinado la vida y el futuro de los españoles para varias generaciones pueda ser un Gobierno “serio”? ¿Puede considerarse serio que España sea en este momento el país que está a la cola en número de vacunados del mundo, a la cola por detrás de Marruecos, a la cola de los países de la Unión Europea? ¿Es serio el Gobierno que nos ha colocado en esta situación? ¿En serio creen que un Gobierno que ha aupado a los golpistas y a los proetarras hasta convertirlos en “socios preferentes” y “políticos de Estado” es un Gobierno serio para la Comunidad de Madrid? ¿En serio, Sánchez?

Un Gobierno “serio” y con “un plan de choque”, ofrece Gabilondo para la región de Madrid… Si, ya sé que Iván Redondo ha elegido como guía los principios de la propaganda de Goebbles y los aplica para pervertir el lenguaje con el mismo éxito que el nazi que consiguió que Hitler pareciera un mal menor. Si, ya sé que los propagandistas de la Moncloa cuentan con una enorme ayuda mediática, una cantidad de asalariados en los medios y en las redes que pueden conseguir que las mentiras parezcan verdades y convertir las verdades en viento …, que diría Orwell. Pero miren, de vez en cuando, si uno insiste lo suficiente, si se burla en voz bastante alta, puede mandar todas esas frases trilladas (“la foto de Colón”, “los ultras”…) o cualquier otro desecho o residuo verbal a la basura, que es donde pertenece.

De vez en cuando ocurre que si se planta cara a tanto farsante que comercia con la vida y la historia de nuestro país se consigue que las verdades no tengan complejos y las mentiras parezcan mentiras. Así que voy a insistir: si usted lo dice, señor Sánchez, será verdad que Gabilondo es un soso y un aburrido; pero soso y aburrido no es lo mismo que serio. Y si usted lo dice, será verdad que Gabilondo tiene para Madrid el mismo “plan de choque” que usted anunció para España, un “plan de choque” que usted ha ejecutado y cuyos resultados ya están a la vista. Su “plan de choque”, señor Sánchez, es el que ha elevado la deuda a los niveles que alcanzó nuestro país tras la guerra de Cuba; su “plan de choque” es el que nos ha traído siete millones de parados (cuatro reconocidos, dos de autónomos sin actividad, uno de trabajadores en ERTE…); su “plan de choque” es el que ha provocado la ruina y la desesperación, el que ha hundido nuestra economía y las expectativas de futuro de millones de españoles; su “plan de choque” es el nos ha colocado a la cabeza de los países más inseguros para contraer el Covid-19; su plan es el que ha roto la convivencia entre españoles… Su plan de choque, señor Sánchez, es un plan para hundir a España.

A la coalición que gobierna España bajo su mandato, señor Sánchez, no le gusta la Jefatura del Estado, no le gusta que tengamos una lengua común y que los niños se eduquen en ella, no le gusta nuestra historia real, no le gustan nuestros símbolos constitucionales, nuestro himno, nuestra bandera… A la “izquierda española” (ese conglomerado con el que ustedes denominan al populismo bolivariano, el comunismo, el golpismo, los proetarras y el nacionalismo de todo tipo y condición) no le gusta España.

A usted, señor Sánchez, -demostrado está, no hay más que ver quienes son sus socios- no le gusta la España plural y democrática que nuestra Constitución define y ampara. Usted, señor Sánchez, odia la libertad porque odia todo cuanto no puede controlar. Por eso usted pretende que su coalición tóxica acabe con ese espacio de pluralismo y libertad que sigue siendo Madrid, ese espacio donde nadie te pregunta dónde naciste o de dónde vienes, ese espacio en el que sigue siendo normal ser ciudadano español con derechos y deberes que se ejercen y se exigen.

¿En serio cree usted, señor Sánchez, que va a engañar a los madrileños? Anda ya, hombre… Madrid es mucho Madrid.

 

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