Sánchez, al plato y a las tajadas
Que el presidente del Gobierno iba a utilizar la cumbre de la OTAN como instrumento de propaganda estaba más claro que el agua. La vanidad del personaje es tan grande que iba a remover Roma con Santiago para tener su momento de gloria, en este caso, cerrando el Museo del Prado durante dos días para que pueda presidir una cena en la pinacoteca a la que asistirán los líderes de las naciones presentes en la cumbre atlántica. Y es que Pedro Sánchez no iba a consentir que el foco se lo llevara en exclusiva el Rey Felipe VI, que este martes ejercerá como anfitrión en la cena oficial que se celebrará en el Palacio Real.
Así que el presidente del Gobierno se ha montado su propia cena, algo poco habitual en este tipo de foros. La cena en el Museo del Prado tendrá lugar 24 horas después de la primera y, como subraya La Moncloa, es «gracias al empeño de Pedro Sánchez». No hacía falta la aclaración. Según su entorno, el presidente del Gobierno lleva meses preparando la cita. Evidente. Y es que a Sánchez, este tipo de celebraciones le vienen bien para alcanzar su objetivo de labrarse un futuro en algún puesto relevante en una institución europea o mundial cuando sea desalojado de La Moncloa.
A nadie se le escapa que estamos ante un presuntuoso sin escrúpulos que va a hacer todo lo que esté a su alcance para brillar por encima de cualquiera en la cita atlántica de Madrid. Que el Rey ejerciera de anfitrión en el Palacio Real era demasiado para Sánchez, cuya obsesión por figurar raya lo enfermizo. Necesitaba un lugar único para quedar bien ante sus invitados y va a cerrar dos días el Museo del Prado para apuntalar hasta el más mínimo detalle. El miércoles presidirá la cena y cumplirá su sueño de ensombrecer al mismísimo Rey. Sánchez, al plato y a las tajadas.
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