Sánchez hunde la inversión empresarial

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Sánchez hunde la inversión empresarial

Los últimos datos publicados, muestran claramente que la inversión empresarial acelera su caída. No se trata de un algo opinable, sino de la cruda realidad que muestran las distintas estadísticas publicadas al respecto sobre la inversión empresarial, como son las de Sociedades Mercantiles -publicada este viernes- y la de la Inversión Extranjera en España.

Era de esperar que se diese tan preocupante hecho, debido a que este Gobierno ha sembrado la inseguridad jurídica en todo momento, y no hay nada peor para la economía que no tener claras las reglas en las que se va a desarrollar la actividad económica, porque la incertidumbre que ello conlleva retrae las inversiones a realizar ante la duda de que vaya a cambiar la normativa en algún momento de la inversión, con el perjuicio que acarrearía para el inversor correspondiente, de manera que los empresarios se lo piensan dos veces antes de volver a invertir en España. Los datos de la evolución de la inversión extranjera en España desde que Sánchez asumió la presidencia del Gobierno son demoledores, al ser 13.306,77 millones de euros inferior a la inversión extranjera que llegaba en el IITR-2018.

Quienes arriesgan su dinero y se levantan todos los días para generar actividad económica con su negocio, no quieren inseguridad, ni gasto público desmedido que incremente la deuda y que haga que les cobren más impuestos, ni salarios artificiales que no puedan pagar porque les arruinen la cuenta de resultados vía costes, y ese miedo lo están demostrando, como demuestra la última estadística de Sociedades Mercantiles publicada por el INE.

Así, la creación de empresas en junio de este año ha caído un 6,8% interanual, al tiempo que la disolución de empresas ha aumentado un 8,1% respecto al mismo período del año pasado, elementos que muestran la cada vez más intensa desaceleración de la actividad económica.

Esto es fruto de las dudas que ha sembrado el propio Sánchez con su política económica errática, ausente, contraproducente. Sánchez piensa que su dialéctica vence a todas las adversidades y que, como el papel lo aguanta todo, va a poder salir adelante con su conjunto de frases huecas, de ocurrencias y de parches, pero la realidad es bien distinta: es la de unos ciudadanos asfixiados por la inflación que espolea el Gobierno con el gasto público improductivo; es la de las empresas que no pueden asumir ya más costes; y es la del conjunto de la economía española, que ve cómo pierde competitividad mientras el Gobierno la perjudica con sus medidas.

Cuesta mucho recuperar la confianza de inversores y agentes económicos, pero muy poco destruirla, destrucción que Sánchez ya va consiguiendo, al iniciar el hundimiento del tejido productivo.

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