¿Recuerdan el ‘caso Johnny Depp’?

Jonny Deep

El número de mujeres asesinadas en España es insufrible, intolerable e inadmisible. El Ministerio de Igualdad, donde pululan ufanas las señoras Montero, Pam, Rosell y demás compañeras mártires, se ha demostrado una organización administrativa carísima que ha servido fundamentalmente para cambiar de estatus y acceder a una vida personal opulenta.

Ignoro la técnica política y policial para atajar tan elevado número de víctimas, que se acerca a casi medio centenar de asesinadas y muchísimos casos más de acoso y agresiones verbales y de todo tipo. Soy padre de hija.

Escrito lo anterior para que nadie me pueda tomar el número cambiado, tengo la obligación también de mirar al otro lado de la autovía. Tener la condición masculina per se no es ningún delito, y disponer de la condición femenina no es garantía de bondad y justicia infinita. Lo digo porque conozco casos sangrantes a sensu contrario.

Traigo a colación el caso del actor norteamericano Johnny Depp, acusado por su pareja de malos tratos, al que sólo la mera acusación cercenó de cuajo su brillantísima carrera, como él mismo denuncia en una entrevista reciente. Un jurado popular decretó que Depp era inocente, pero para ese momento el detritus ya había inundado su vida, su reputación y su dignidad.

Conozco varios casos en España de hombres acusados de violencia verbal, agresiones, etc. por  parte de sus parejas o ex parejas que se han demostrado falsas. Eso no impidió que pasaran días en los calabozos y sus nombres arrastrados por el barro. Conozco casos de mujeres que se aprovecharon personal y profesionalmente de relaciones que buscaron con ahínco que, una vez conseguidos los objetivos de medro económico o profesional, se desligaron mediante denuncias falsas de aquellos que las sirvieron para alcanzar sus intereses.

¿Qué hacer? Sinceramente, no lo sé.

Lo último en Opinión

Últimas noticias