¿Quién se compra un híbrido enchufable para no enchufarlo? Marlaska
¿Qué sentido tiene que el Ministerio de Interior haya optado para la flota de vehículos policiales por híbridos enchufables si no disponen de instalaciones con puntos de carga? La estupefacción es total y el caos reina en las comisarías, porque los anteriores vehículos eran híbridos que no necesitaban ser cargados -se recargaban en funcionamiento-, pero los nuevos resultan absolutamente «inadecuados» según los sindicatos policiales. O sea, Marlaska opta por vehículos PHEV, pero los agentes, ante la falta de puntos de carga, tendrán que utilizarlos usando únicamente el motor de gasolina, lo que aumentará el consumo, con el añadido de que si no se enchufan a menudo, este tipo de coches suelen tener averías prematuras. La pregunta es obvia: si estos coches son más caros, ¿qué gana el Ministerio de Interior apostando por unos vehículos que son a todo punto incompatibles con la operatividad existente en las comisarías? Se puede apostar por lo verde y revestirse falsamente de ecologista si, llegada la hora de la verdad, los coches híbridos enchufables no pueden ser enchufados. Es de cajón, pero es que, además, este tipo de coches necesitan de un mantenimiento especial. Para entenderlo: no enchufar un PHEV es como llevar un coche más pesado con dos motores funcionando todo el tiempo, pero uno, el eléctrico, inactivo, lo que le despoja de su principal ventaja: la eficiencia eléctrica y el ahorro de combustible.
Esto, que es básico, parece haberlo ignorado el departamento de Marlaska. Cualquiera diría que han apostado por vehículos «híbridos enchufables» porque queda muy progresista eso de subirse a lomos de lo verde, pero a la hora de la verdad han olvidado lo esencial: que si no se cargan, el resultado es que los vehículos de la policía van a dar muchos más problemas que los anteriores híbridos no enchufables. Con independencia de esto, la pregunta es obvia: ¿Quién se compra un híbrido enchufable para no enchufarlo? En efecto, Marlaska.