La Princesa Leonor, un activo esencial para la Casa Real
La heredera de la Corona se ha convertido ya, por méritos propios, en una figura importante para la institución de la monarquía, algo esencial en estos tiempos en que los integrantes de la Familia Real habían disminuido al retirarse de forma total de la agenda del Palacio de la Zarzuela el anterior monarca y pasar las hermanas del Rey Felipe a ser tan sólo familia del Rey. Pero debido al deseo de sus padres, los Reyes, de que sus dos hijas permanecieran en una especie de nebulosa de la que sólo salían en contadas ocasiones, la aparición de la Princesa de Asturias esta semana, transformada en una mujercita atractiva y segura de sí misma, ha constituido un acontecimiento de gran trascendencia mediática y social.
Leonor es una joven que sabe cómo desenvolverse en un acto institucional -lo demostró durante su visita a Girona acompañada por su hermana Sofía- no olvida saludar al público congregado ante el Museo Dalí de Figueras, se la ve conversar con las autoridades que la acompañan, mantiene debates con jóvenes acerca de materias avanzadas en el campo de las nuevas tecnologías, y se expresa con una seguridad y firmeza al hablar en público que deja a quienes la ven y escuchan realmente impresionados. Es verdad que tanto ella como su hermana, la Infanta Sofía, han aprendido en el Colegio Santa María de Los Rosales a expresarse e improvisar ante sus compañeros y profesores. Pero, sin duda, la influencia en esa materia de la Reina Letizia, una periodista que destacó siempre por su aplomo y brillantez ante las cámaras, ha debido ser determinante para el aprendizaje de la Princesa Leonor a hablar en público con seguridad y precisión.
El aspecto de la heredera al trono también sorprendió, al ver que la indumentaria ha dejado atrás la ropa más aniñada para dar paso a un estilo más sugestivo, con un vestido de escote cruzado que dejaba parte de sus hombros al descubierto, y calzada con unos zapatos de tacón más alto que los últimos que había usado en su última aparición pública. Ella se está haciendo mayor y se nota un aire distinto de independencia respecto a sus padres, que hace que no necesite estar a pocos centímetros de ellos cuando asisten a un acto institucional. La experiencia de estudiar este año en el Atlantic College de Gales, lejos de su familia y siendo una más entre los alumnos procedentes de los países y familias más diversos, está haciendo a la Princesa de Asturias una persona autónoma, que sabe desenvolverse sin apoyos y que tiene que convivir con personas de los cinco continentes y procedentes de familias en situaciones de riesgo o precarias.
A pesar de que tiene aún un largo camino para completar su formación académica y conseguir una preparación idónea al igual que hizo su padre, la presencia social de la primogénita de los Reyes como representante de la Casa Real es imprescindible en estos momentos para darse a conocer como un activo más de la institución de la Corona. Esperemos que así se comprenda por parte de los que planifican el futuro de la Familia Real.
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