Podrás quitarle las competencias, pero jamás la honra, Marlaska
Podrá dejarla sin competencias en Navarra, pero no podrá jamás dejarla sin honra, por mucho que se esfuerce. El ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, ha dado la puntilla a la Benemérita, que reclamaba la acción del Gobierno ante lo que los agentes consideran el último atropello: ya ni siquiera les pasan los avisos del Servicio de Emergencias del 112 en el territorio foral. Las presiones de Bildu han dado resultados -si alguien se pregunta por qué los proetarras siguen apoyando a Pedro Sánchez, aquí tienen una de las claves- y la Guardia Civil ha sido expulsada de facto de Navarra. Desde que la actual presidenta socialista, Maria Chivite, unió su destino político al de Bildu -igual que Pedro Sánchez-, la «expulsión silenciosa» de Navarra de la Benemérita es un hecho incuestionable.
Primero fue la transferencia de las competencias de Tráfico a la Policía Foral; luego, los operativos de montaña y, ahora, la comunicación de emergencias a través del 112. Cómo será que el coronel jefe de la Guardia Civil en la IX región, José Santiago Martín Gómez, hizo pública su denuncia durante un acto policial en Navarra el pasado mes de noviembre. Delante de mandos de la Policía Foral y de responsables del departamento de Interior navarro, el mando de la Benemérita advirtió de la merma operativa que suponía que sus guardias civiles no pudiesen tener acceso a los avisos de emergencias y, por tanto, no pudiesen movilizar a sus patrullas. El mando de la Guardia Civil ha llegado a cursar una queja interna ante la Dirección General, pero la honra de Marlaska es nula y su docilidad ante el chantaje proetarra, total.
Eso sí, por mucho que el ministro se empeñe en expulsar a la Guardia Civil de Navarra, el honor de quienes han sacrificado sus vidas en defensa de la libertad permanece intacto. Los podrá echar, pero jamás podrá mirar de frente a un Cuerpo cuya entrega y dignidad empequeñece la figura de alguien -qué sarcasmo- que se apellida ‘Grande’-Marlaska.