El PNV reclama su cesto de nueces

PNV
  • Graciano Palomo
  • Periodista y escritor con más de 40 años de experiencia. Especializado en la Transición y el centro derecha español. Fui jefe de Información Política en la agencia EFE. Escribo sobre política nacional

El columnista siempre estuvo convencido que más tarde que pronto (han pasado siete años y medio) se conocerían las razones por las que el Partido Nacionalista Vasco (PNV) decidió decapitar a Mariano Rajoy en la moción de censura del 2018. Por fin, a propósito de un grandioso caso de corrupción (Caso Cerdán/Sánchez) se conoce lo que realmente motivó a la formación con ADN carlista a subirse al carro de los corruptos.    

El entonces portavoz parlamentario Aitor Esteban, hoy jefazo del partido, dijo que su voto a favor de la moción de Sánchez se asentaba sobre «la ética política y la responsabilidad». Ja, ja, ja. Lo que pretendían era cobrarse la soldada mediante más dinero y a cambio de colocar a sus gentes en lugares del gran jurdó (SEPI, RTVE, etc.) y en lugares de la Administración del Estado con gran proyección.

El resto, cuentos con boina. El PNV desde el inicio mismo de la Transición ha sido una anomalía democrática siempre tratando de rascar dinero para una tierra que presume de rica en detrimento de comunidades y territorios a los que desprecian.

Hoy, la llamada Euskadi no aporta nada a la caja común española y, en el mejor de los casos, mucho menos de lo que recibe de los maketos españoles. Uno de los agujeros negros del llamado «milagro de la Transición» fue, precisamente, dar más importancia a esos territorios de la que realmente tenían y tienen. Ni siquiera voy hacer mención a los años de plomo de ETA, en los que el PNV también tuvo su parte de responsabilidad, aunque los que asesinaban impunemente eran los terroristas de la banda que luego heredó Otegi.

Cuando todo vuelve a la normalidad, el PSOE retorne a la senda socialdemócrata y sus dirigentes recuperen el sentido común, el centro izquierda y el centro derecha tendrán que tener una sentada para ver qué se hace con estos tipos de las «nueces».

Pudiera ser que estos se apresten a mandarnos al resto de los españoles al infierno (curas para ello les sobra) pero, en cualquier caso, nunca con nuestro propio dinero.   

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