El PNV está obligado a desmarcarse de la corrupción

PNV, Pedro Sánchez

Hace un par de años ingresó en la cárcel alavesa de Zaballa el que fuera número dos del PNV de Álava, Alfredo de Miguel, condenado a 13 años por los delitos de tráfico de influencias, prevaricación, cohecho, malversación, falsedad documental, asociación ilícita y blanqueo de capitales. Entró en prisión junto a sus cómplices, Koldo Ochandiano, Xabier Sánchez y Aitor Telleria, por crear lo que se dio a llamar «la Gürtel del PNV» definida en la sentencia como «una red societaria y personal organizada en torno a sí mismos para aprovechar las relaciones políticas y/o administrativas que mantuviesen en cada momento por su pertenencia al Partido Nacionalista Vasco (PNV)». Pero apenas nadie ha oído hablar de este caso de corrupción.

Durante las primeras décadas de nuestra reciente democracia se hablaba del «Oasis Vasco», dando a entender que la corrupción que afectaba a toda España no tenía nada que ver con el PNV. Ahora sabemos que, en realidad, ese oasis vasco fue sólo un trampantojo, una trampa visual con la que durante muchos años consiguieron engañarnos haciéndonos ver algo muy distinto a la realidad. Este truco lo consiguió el PNV en primer lugar haciendo que no se pudiera investigar, impidiendo que ni la Ertzaintza ni la fiscalía contaran con medios para luchar contra la corrupción; y en segundo lugar, controlando que los medios de comunicación no informaran de los casos que les afectaban a ellos. En su memoria anual, la Fiscalía del País Vasco lleva años reiterando que «sigue siendo muy necesario dotar de mayores instrumentos a la investigación de los delitos» relacionados con la corrupción administrativa y política, así como poniendo de manifiesto un continuo y notable incremento de casos.

El actual director general de la Radio Televisión Vasca (EITB), Jon Andoni Aldekoa de la Torre, antes de ocupar este puesto ha sido director de Comunicación de Presidencia del gobierno vasco y consejero delegado adjunto a la Alcaldía del ayuntamiento de Bilbao. Y así ha ocurrido siempre con todos los anteriores directores generales de EITB nombrados por el PNV entre sus miembros. En general, los medios de comunicación vascos han estado siempre poco interesados en investigar los casos de corrupción del PNV, porque hacerlo era visto como una afrenta contra el nacionalismo favoreciendo el españolismo, y a ver quién es el valiente que se atreve allí a ser tildado de traidor a la patria vasca.

A mediados de 2014, el PP de Mariano Rajoy denunció que, según los informes del Tribunal de Cuentas, el PNV era el partido que más donaciones anónimas recibía, que suponían más del 25% de las declaradas por todos los partidos de España, insinuando que por ahí venía el gran patrimonio declarado por el partido vasco. Pero luego llegaban las negociaciones del Cupo Vasco y de los Presupuestos Generales del Estado y todo quedaba en lo que nadie expresó mejor que el propio Rajoy cuando, negociando su investidura en 2018, dijo aquello de «si quieres grano, Aitor, te dejaré mi tractor», en respuesta a la frase anterior del portavoz del PNV, Aitor Esteban, que le había pasado el cepillo diciendo: «si bien me quieres, Mariano, da menos leña y más grano».

Ahora el encarcelado Santos Cerdán ha revelado que su socio en la trama corrupta, Antxon Alonso, medió con el PNV para investir a Sánchez; que Sánchez dio por decreto 26 millones al PNV tras su apoyo a la moción de censura gracias a la ‘trama Cerdán’; y que la consejera del PNV en RTVE adjudicó una obra de 2,6 millones a una filial de la empresa de Cerdán. Hoy, que se disputan con Bildu quiénes serán la primera fuerza política en las próximas elecciones a la Lehendakaritza, tras empatar a diputados en abril de 2024, todos estos casos de corrupción pueden suponer el argumento electoral definitivo. Hacen falta 4 diputados para ganar una moción de censura que sirva para convocar elecciones generales y el PNV cuenta con 5. El PNV está obligado a desmarcarse de la corrupción que tiene a Sánchez enfangado hasta las cejas, o dejarán el gobierno vasco en manos de Arnaldo Otegui.

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