Salud

La temperatura que nunca deberías superar al tomar café si no quieres poner en riesgo tu salud

Temperatura del café
Janire Manzanas
  • Janire Manzanas
  • Graduada en Marketing y experta en Marketing Digital. Redactora en OK Diario. Experta en curiosidades, mascotas, consumo y Lotería de Navidad.

El café es una de las bebidas más consumidas del mundo, cuyo aroma y sabor lo convierten en un ritual mañanero para comenzar la jornada con energía y una actitud positiva. Sin embargo, existe un aspecto del café al que no solemos prestar atención y que podría estar poniendo en serio riesgo nuestra salud: la temperatura al momento de beberlo. A muchas personas les gusta tomar el café extremadamente caliente, pero el calor excesivo cambia el sabor de la bebida y su composición química.

Por lo tanto, tal y como alertan los expertos, servir una taza de café humeante, aunque hay quienes asocian el vapor con calidad y frescura, degrada algunos de los compuestos beneficiosos y, al mismo tiempo, favorece la formación de otros que pueden ser perjudiciales para el organismo. Teniendo esto en cuenta, es fundamental conocer a qué temperatura se debe servir el café y cuáles son los efectos de sobrepasar ese umbral.

La temperatura que nunca deberías superar al tomar café

En primer lugar, es interesante saber qué ocurre cuando el café se toma demasiado caliente. Por un lado, se altera tanto el aroma como el sabor de la bebida, ya que los aceites esenciales son muy sensibles al calor excesivo y se pueden quemar. ¿El resultado? Un gusto amargo que resulta muy desagradable. Por otro lado, en relación con la salud, las temperaturas demasiado altas hacen que se liberen sustancias químicas peligrosas para el organismo, como los furanos.

Quizá nunca has oído hablar de ellos, pero los furanos son compuestos orgánicos volátiles que se forman de manera natural cuando algunos alimentos o bebidas se someten a alta temperaturas. No son un contaminante externo ni un aditivo, sino que aparecen a partir de la degradación de grasas insaturadas, azúcares y vitamina C al freír, esterilizar, hornear o tostar.

Estos compuestos podemos encontrarlos en un amplio abanico de alimentos que consumimos a diario, como las tostadas del desayuno o las patatas fritas con las que acompañamos una hamburguesa. Sin embargo, uno de los principales contribuyentes de furanos en la dieta de los adultos es el café por dos motivos: la frecuencia con la que se toma esta bebida y la manera en que se tuestan los granos.

Precisamente, desde el momento en que se tuestan los granos, el café contiene furanos. Sin embargo, buena parte de ellos se disipa durante el almacenamiento. El problema surge cuando servimos esta bebida demasiado caliente, ya que se liberan estos compuestos y pasan directamente a ella.

Riesgos para la salud

La Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer (IARC) ha clasificado los furanos como «posiblemente carcinógenos para los humanos» (Grupo 2B). No se trata de generar alarma, ya que una taza de café caliente no va a provocar cáncer de manera inmediata, pero sí que es importante tener cuidado, ya que la exposición acumulada a lo largo del tiempo puede ser perjudicial.

Más allá del cáncer, existen evidencias de que los furanos, cuando se consumen en grandes cantidades, pueden afectar a otros órganos, como el hígado. Si bien es cierto que la mayoría de estudio se han realizado en animales, los resultados son lo suficientemente relevantes como para que las autoridades sanitarias recomienden minimizar su ingesta.

Cómo controlar la temperatura

Uno de los momentos más importantes en la preparación del café es cuando pasa a la taza. La mayoría de cafeteras utilizan agua entre 90 y 96 °C para extraer los compuestos solubles del grano de una manera equilibrada. Sin embargo, beber el café a esta temperatura no es lo más adecuado, ya que favorece la liberación de furanos.

Por este motivo, los profesionales de la salud recomiendan dejar reposar la bebida durante cinco minutos. Éste breve periodo de tiempo es suficiente para que la temperatura del café descienda a entre 60 y 70 °C, conservando sus matices y reduciendo la exposición a componentes potencialmente nocivos.

Consejos prácticos

La forma exacta de comprobar que el café está a la temperatura ideal para beberlo es con un termómetro de cocina. Pero, si no dispones de él, la intuición puede ser tu mejor aliada: observa cuándo deja de salir vapor de la taza y puedes sostenerla sin sentir demasiado calor en las manos. Finalmente, adopta estos consejos prácticos para reducir la concentración de furanos sin renunciar al café:

  • Las cafetera con filtrado por goteo producen cafés con menor concentración de estas sustancias debido a que funcionan con temperaturas un poco más bajas.
  • A la hora de elegir los granos, opta por aquello con tueste medio o claro. Los tostados más oscuros, como se someten a temperaturas más altas, desarrollan más furanos en su interior.
  • Prepara la cantidad justa de café que vayas a beber en el momento. Cuando haces demasiado para recalentarlo más tarde, aumenta la degradación de compuestos aromáticos y multiplica la liberación de furanos.

En definitiva, beber café por debajo de 85 °C protege la salud, conserva su sabor y minimiza furanos.

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