Pablo ya quiere coche y despachazo oficial

Pablo ya quiere coche y despachazo oficial
Pablo Iglesias junto a Xavier Domènech, Irene Montero, Victoria Rosell e Íñigo Errejón. (Foto: Efe)

Pablo Iglesias ha confirmado el principio de acuerdo con el PSOE que adelantó Okdiario. Incluso, lo ha llevado más allá. El secretario general de Podemos le ha comunicado a Felipe VI en privado, y en público a toda España, que quiere ya coche y despacho oficial en su delirio a dúo con Pedro Sánchez. En cuanto ha olido poder, el autoproclamado mesías de la nueva política ha pasado a convertirse en un político más de la casta con ansias de privilegio y poltrona. En una lacerante falta de educación y tolerancia a los tiempos de la política, Iglesias ha dicho que «no se puede esperar a Rajoy ni a los juegos parlamentarios», despreciando así a la fuerza más votada en las últimas elecciones generales que, además, aún no se había reunido con el Rey.

Un perfecto ejemplo del modus operandi del niño mimado por las dictaduras de Irán y Venezuela, quien se ha puesto delante de las cámaras y no sólo ha planteado el acuerdo sino que, con su soberbia habitual, incluso ha prediseñado el Ejecutivo con potenciales ministros y ministerios incluidos. Por supuesto, su ego ciclópeo es la vanguardia de este avance al postularse como nuevo vicepresidente del Gobierno. El modo en el que se ha producido hace pensar que, o bien ha sido una táctica consensuada con el propio Pedro Sánchez o, como suele ser habitual en los asalariados del Irángate, han preferido el impacto televisivo y la propaganda al respeto por el adversario.

En cualquier caso, es un guiño de complicidad a los independentistas catalanes, el modo de decirle a sus captores que harán todo lo posible por facilitar un Ejecutivo que pueda favorecerlos. Un acuerdo diabólico que el propio Sánchez también ha de cerrar lo antes posible ya que, de lo contrario, sus problemas irán en aumento si se presenta con un pacto laxo en el próximo Comité Federal que los socialistas celebrarán el 30 de enero. Allí esperan los barones territoriales para pedirle explicaciones. Líderes que en ningún caso están dispuestos a permitir un gobierno donde se ponga en solfa la unidad de España.

La serpiente de dos cabezas en la que Iglesias quiere convertir el Ejecutivo de España sigue reptando sibilinamente para tratar de formar un Gobierno que contente a sus apoyos fundamentales: los golpistas. De hecho, Sánchez ha vuelto a insistir en su error de concepto, reforzando así la tesis de Iglesias, al decir que «nuestros votantes no entenderían que Pablo Iglesias y yo no nos entendiéramos». Seguramente, lo que no entenderá la mayoría de sus votantes, ni tampoco la gran parte de los españoles, es un acuerdo, ministerio incluido para En Comú Podem, con aquellos que quieren romper España. Recordemos que la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, ya declaró que «se entendería mejor» con el partido de herencia corrupta del president Carles Puigdemont, impulsor, junto a la CUP, del ‘procés’.

 

 

Lo último en Opinión

Últimas noticias