El muy blandito Pedro Sánchez

Ver vídeo

Pedro Sánchez no ha anunciado ni la aplicación del artículo 155, ni el uso de la Ley de Seguridad Nacional que permita el control de los Mossos. La máxima reacción del sanchismo ante los planes criminales de Quim Torra ha consistido en avisar a los separatistas de un envío de efectivos del Cuerpo Nacional de Policía (CNP) y la Guardia Civil a Cataluña si siguen incumpliendo la ley. La inacción del socialista deja entrever que la vía eslovena predicada por Quim Torra se ha convertido también en la senda de la permanencia de este citado sanchismo.

El modelo esloveno –voceado por el presidente de la Generalitat, Jordi Sánchez y Agustí Colomines, el ideólogo del movimiento separatista auspiciado por Carles Puigdemont–, que alertó de que “sin muertos el camino hacia la independencia será más largo”, supone el paso definitivo hacia los muertos asumibles para que haya un reconocimiento internacional de una guerra civil en Cataluña. El independentismo, que llama a la insurgencia violenta, asume a estas víctimas para alcanzar su anhelada república y Sánchez, por su parte, las asume para culminar su proyecto personal en La Moncloa.

Al igual que ocurría en la antigua Yugoslavia, Torra dispone ya de su ejército paralelo y paramilitar. Por un lado, la mitad de los Mossos están comprometidos con la causa independentista y, por el otro, tiene también a su merced a los terroristas de los CDR articulados en milicias civiles. Una masa apta para el linchamiento de civiles contra otros civiles y los carneros idóneos para el sacrificio. Los sujetos que serán presentados ante la comunidad internacional como mártires inevitables que apoyan sus pies sobre la mesa del despachito improvisado en Waterloo y en el Centro Penitenciario de Lledoners.

Sánchez ha contestado a Torra con más diálogo antes que una declaración de guerra, cuando hay orondos subvencionados como Joan Tardá y Gabriel Rufián que viven del presupuesto español por lanzar espumarajos negrolegendarios o hay  niñatos gafapasteros de Podemos que han llamado a la “movilización pacífica al entrenamiento de las milicias de Torra, y por el pichabraverismo filoetarra de las CUP en busca de aventuras épicas. La vía eslovena es “voy a echar al monte a la gente armada para conquistar con la fuerza militar mi independencia”. Y todas estas provocaciones se han dado sin que actúe contundentemente la Fiscalía general del Estado.

No se hace nada y la bestia ya es demasiado grande. Un año  ha transcurrido desde el referéndum ilegal y ya se ha llegado a un todo incomprensible. Hay una persecución por parte del independentismo hacia aquellos que quitan lazos amarillos, los mismos que en muchas ocasiones son multados por usar el español o se les impone una educación nacionalista que vulnera sus derechos.

Lo último en Opinión

Últimas noticias