Moreno Bonilla empieza bien: cumpliendo

Moreno Bonilla empieza bien: cumpliendo

El tiempo apremia en Andalucía. Juan Manuel Moreno Bonilla, que apenas lleva unos días como presidente de la Junta y acaba de armar su Gabinete, comienza la legislatura de manera satisfactoria y cumpliendo con el punto dos del acuerdo de Gobierno firmado con Ciudadanos: auditar de manera integral las cuentas de la Administración andaluza y el sector público instrumental para conocer el estado real de las finanzas regionales. Concretamente, el líder del PP andaluz peinará de manera detallada las tres organizaciones públicas que han sido los agujeros negros de la corrupción de los socialistas: la agencia IDEA, Soprea e Invercaria, éstas dos últimas sociedades públicas absolutamente dependientes de la primera.

Tres entes de Andalucía que, salpicados por la corrupción, han provocado los mayores escándalos a los que se ha tenido que enfrentar la Junta. En la macrocausa de Invercaria, la empresa de capital riesgo de la región, el magistrado instructor aprecia delitos de malversación, prevaricación, tráfico de influencias y un presunto fraude de alrededor de 8 millones de euros por las ruinosas inversiones realizadas. A esto se suma, además, el presunto desfalco de la agencia IDEA –según las investigaciones judiciales, el núcleo central de la conocida como ‘administración paralela’– de 4.315 millones de euros destinado a nutrir la caja pagadora de los ERE a través de un entramado opaco donde se perdieron 850 millones de euros abonados, a través de Soprea, a empresas con problemas financieros que, poco después de recibir el dinero público, se declaraban en quiebra.

Para llevar a cabo una verdadera regeneración en la región, que es lo que han pedido los andaluces en las urnas, la actitud de Moreno Bonilla –con el apoyo incondicional de los de Albert Rivera– debe ser enérgica y determinante, a pesar del duro trabajo que, a tenor de las causas abiertas en los tribunales, arrojará la citada auditoria tras casi cuatro décadas de clientelismo socialista. Una tendencia a favorecer a unos andaluces frente a otros, con el único fin de no moverse del poder, que ha provocado que Andalucía sea una de las zonas más castigadas por el paro, la corrupción y el caciquismo. De entrada, y como primer paso, el Ejecutivo autonómico ha reducido el número de consejerías y, por lo tanto, ha rebajado la estructura y los costes de la Administración andaluza.  Pero lo más importante, y así lo prometió y lo hará este mismo sábado el presidente de Andalucía, es conocer de una vez por todas qué entes públicos, cargos a dedo y fundaciones son superfluas y han estado alimentadas fraudulentamente con el dinero de todos los andaluces.

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