Marlaska expulsa a la Policía Nacional de Cataluña

Marlaska

La estrategia es meridiana: desmantelar a la Policía Nacional en Cataluña, dejándola para meras labores burocráticas. El proceso se ha intensificado en los últimos tiempos, pero el balance de siete años es esclarecedor: el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, ha reducido a casi la mitad  los policías nacionales que investigan en Cataluña los delitos cometidos por inmigrantes, el terrorismo y el tráfico de drogas.

Es lo que tienen las concesiones del Gobierno al separatismo, aunque sea a costa de poner en grave riesgo la seguridad nacional. Los planes del Ejecutivo pasan por aumentar los Mossos d’Esquadra en 25.000 efectivos de aquí a 2030, de modo que para entonces la Policía Nacional se ocupe sólo de labores administrativas, como realizar los DNI, pasaportes y el control de Extranjería.

Las Brigadas Provinciales de Información, que investigan el terrorismo,  se han reducido un 40% «pese al incremento de inseguridad que sufre Cataluña por el terrorismo yihadista», y los de Policía Judicial, dedicados a investigar el tráfico de drogas y los delitos tecnológicos. Asimismo, las Brigadas Provinciales de Extranjería y Fronteras de Cataluña han perdido a la mitad de sus efectivos. Un ejemplo: en Barcelona, de 12 agentes que había hace 10 años, ahora sólo quedan siete. Un desmantelamiento que afecta «gravemente» a las investigaciones a inmigrantes de África, Europa del Este, Asia y Latinoamérica.

Pero la peor situación la sufren los agentes del grupo que investiga los delitos cometidos por africanos en Barcelona, ya que se han visto reducidos en un 70% en los últimos 10 años.  En definitiva, estamos ante un desmantelamiento programado que no responde a razones policiales, sino políticas. Pedro Sánchez vendió a la Policía Nacional en Cataluña como parte del pago a los separatistas, algo parecido a lo ocurrido en el País Vasco. La situación es ya difícilmente reversible, porque el incremento de los efectivos de los Mossos es directamente proporcional a la reducción de los agentes de la Policía Nacional. Duele decirlo, pero el plan se ha consumado.

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