Macarena Olona y la última cruzada
Esta semana, la mayoría de los españoles nos hemos subido a horcajadas en la maleta como si lidiáramos un cuerpo a cuerpo sobre el toro mecánico en las fiestas del barrio, por ejemplo. Ya saben, conteniendo tras la cremallera zapatillas, calzoncillos, cepillos de dientes y cargadores, batallando por permanecer de vacaciones… Pero ¡ya estamos todos de vuelta, en casita y expectantes!
Y, justo por eso, (¡hay que reconocerle a Vox su inigualable sentido del espectáculo!) Macarena ha decidido ofrecernos gratuitamente un nuevo sainete en versión norteña, cambiando el vestido de sevillana por una gran mochila quechua con su nombre bordado:
«Quiero cumplir mi promesa al Santo Apóstol. En agradecimiento por la vida y la luz que me ha dado, recorreré el Camino de Santiago desde Sarria, del 29 de agosto al 2 de septiembre. A todos los que queráis recorrerlo, será un placer que lo hagamos juntos. Yo me haré cargo del gasto si la dificultad para no hacerlo es económica».
Como saben, la ex peso pesado del partido de Abascal animó, hace unos días, en sus redes, a cuantos desconocidos adeptos, chiflados y/o atolondrados, quisieran abandonarlo todo, poner en pausa sus vidas, y peregrinar junto a ella, seguirla y adorarla, ayudándoles incluso con los gastos. ¿Quieren creerlo?
¿Por dónde va Macarena? Se preguntan los nuevos «zombis con los brazos estirados hacia adelante» que pretenden escoltarla hasta Santiago de Compostela y sumarse a la marcha místico-mediático-mesiánica de la ex (cuerda) política. Vaya por delante, que soy admiradora de esta mujer excepcional en la política, en la vida y en el mundo, que, al parecer, para ella, es un gran escenario.
Cada día, la que una vez fuera esperanza para algunos y azote para otros en el Congreso, publica nuevas coordenadas para fortalecer el convoy más bizarro del mundo: «Lunes 29 de agosto, La Posada de La Casona, Rua Porvir, número 50, de Sarria. Partimos caminando a las 7.30 horas. Cada día iré compartiendo los detalles del punto de encuentro del día siguiente».
No se apuren, la encontrarán en algún inesperado paraje entre lo kitsch y lo valleinclanesco. A propósito, ¿recuerdan cuando Pedro Sánchez aseguraba que su favorito era el Esperpento como quien prefiere de primero macarrones con chorizo? (Pedro Sánchez es tan amante de la literatura como de la taxidermia).
Visto lo visto, les recomiendo rendirse, como yo, que lo hice hace mucho tiempo; he llegado a un extremo donde me caen bien todos los políticos sin excepción, desde Trump hasta Echenique; y no veo ideologías ni teoremas de Pitágoras, yo sólo veo cómicos, talento, rutilantes estrellas cargadas de swing. Y no puedo dejar de ver los maravillosos videos que nos regalan, casi a diario, desde todos los rincones del globo terráqueo.
¿Y qué hubiera opinado el genio de la literatura, nacido en Vilanova de Arousa, de este nuevo Esperpento escrito, dirigido y protagonizado por Macarena Olona? Aún la recordamos de Chiquita Piconera, a lomos de un caballo y vestida de faralaes con un rizo pegado a cada mejilla. Motivos que ahora ha cambiado por conchas de vieira jacobeas colgantes, botas de montaña, báculo y bastones de trekking.
En su Instagram podemos disfrutar sus vídeos, cual flautista de Hamelín, ante un séquito de medio centenar de periodistas, curiosos e idólatras, de todas las edades y procedentes de todos los confines del territorio español, portando banderas, retratos de la bella abogada del Estado y castañuelas, donde se cuentan hasta socialistas, cantando La Macarena, y camiones pitando al son de los estentóreos vítores y los sempiternos «¡Viva España!».
¡Una belleza! ¡Gracias, amiga! Arte moderno que no deja de maravillarme en su generosísimo folclore. Sobre todo, cuando, más piadosa, por momentos, reclama soledad y se interna, con sus gafas de Stallone, en una ermita para, acto seguido, subir foto comulgando con banda sonora épica (ay Olona, musa POP) y consignas ridleyscottianas como «fuerza y honor».
¡No la subestimen! Que es una genia y cabe esperar mayores y mejores sorpresas por su parte. Ojalá un día no muy lejano aparezca en el Congreso de la mano de Cayetana vestidas de guerreras amazonas.